El Poeta
A Nely Sforza.../ Y este secreto silencio de siembra que nos cobija,/ Y estas palabras que deshacen los nudos de dolor/ Antiguo, la sonrisa que puebla el pecho de pájaros,/ Los aromas de este diciembre como primavera/ Que despoja de prejuicios las manos... Y este/ Amor que desmiente la sombra del espacio./ Francisco Aranda Cadenas/ Málaga, en diciembre de 2011
A Nely Sforza.../ 'Amor de mis entrañas, viva muerte/, En vano espero tu palabra escrita'/ Lorca/ Yo siempre espero tu palabra escrita -Lorca/ La esperaba en vano-, la espero en forma/ De mujer, de sándalo, a veces de espina,/ Porque tu verbo es sencillo y veraz/ Como un ave canora resucitando el día./ Francisco Aranda Cadenas/ Málaga, en diciembre de 2011
A Nely Sforza.../ 'Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas'/ Pablo Neruda/ Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas, el cuenco/ Vacío de mis manos, la noche que rodea/ Mi pecho, el viejo llanto y el nuevo, la casa/ En la que habito, la flor del cerezo naciente,/ Los ojos con que miro, la sed de los jardines,/ Mi 'sin dios', mi 'sin patria posible', mis huellas/ dactilares, mi fiebre y mis heridas, mi canto/ Y mi alegría, tu ciudad amada, mi ciudad perdida.../ Todo lo ocupas tú con tu mirada, mirada de (vos)/ -Esto es un guiño a tus ojos- que azulea sabiamente./ Francisco Aranda Cadenas/ Málaga, en diciembre de 2011
A Nely Sforza.../ La puerta está abierta. La cal rezuma el mediodía líquido/ Mediterráneo. Como un niño sentado en el escaloncillo/ Rescato gaviotas, me bebo el aire, extiendo mis manos/ Hacia el sol, y resucito mi carne. Después tú, te apareces/ Desde la orilla, con rostro helenístico, húmedo tu cuerpo,/ Salíneo, parecida a una suave colina que la brisa acariciase./ Te desnudas y me amas, me desintoxicas de filosofías,/ Sanas mi fiebre, diluyes mis sentencias, serenas mi semblante/ Con tu voz de lluvia estival. Estamos solos en medio del mundo,/ Aquí, en esta playa donde las palabras conforman constelaciones/ Que alumbran... Nadie hoy nos acompaña, pero festejaremos también la vida/ Con los otros;/ Esos otros que arrancan la fatiga, que saludan como hermanos,/ Que no tienen ni prisa, ni banderas ni estandartes, esos otros/ Con las manos llenas de color, la frente limpia, el alma encinta de 'eros', y así,/ Nos confrontamos con una nueva naturaleza de las cosas/ Mientras, peregrinos y distantes, los muertos regresan a sus tumbas./ Francisco Aranda Cadenas/ Málaga, en diciembre de 2011
FIEBRE/ Qué sería cierta espera sino un colibrí ardido/ Por entre las flores y el verde tallo, qué oficio fuera/ Decírselo al frío y a la noche, viendo al silencio/ Amanecerse en una urdimbre de soledades juntas/ Junto a un fuego necesario./ Dime, amor, tú que lo sabes , si es que lo sabes,/ Como digerir sombras cuando a veces unas cuencas/ Vacías de los ojos se hacen eco en el mar/ Y la fiebre derrota los cuerpos y devora las frentes/ Como si de un sueño pariendo calima se tratare./ Francisco Aranda Cadenas/ Málaga, en diciembre de 2011
A Nely Sforza.../ El taller de pintura da al mar,/ Que se vuelve surrealista conforme/ Cambia la luz; 'Mar Nuestro' de cada día,/ Olor a vino blanco, los óleos derramados/ Sutilmente por el suelo. Me gusta tu obra,/ Me recuerda a un beso robado al caer/ La tarde, al espíritu informal de la lluvia/ Cuando sopla el viento. A veces pintas/ Desnuda, otras sólo tu alma dejada/ Acariciar por el sol tibio de diciembre./ Abstracta e inconclusa, sólo tu piel/ Es asible por estos dedos huéspedes,/ Tu piel de cello afinado en el soportal/ De la poesía./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, en diciembre de 2011
A Nely Sforza.../ LOS TÍMIDOS/ Ya llegada la hora, los tímidos se sentaron a la mesa/ A conversar suavito, pero a veces la sonrisa/ Les aligeraba el peso. Una infusión y un café, y/ Ella hablaba cálidamente, él empezó a sospechar/ Que quería besar sus pómulos, quizá sus labios.../ Los tímidos a veces se miraban de manera distraída,/ Como quien no quiere la cosa, hasta mirarse fijamente./ A veces ella musitaba una canción o un poema/ Y él lo agradecía en su tímido silencio, pero se aventuró/ A decirle algo así como, qué bien cantas, qué hermosos versos./ Como ella era argentina y le llamaba de (vos)/ Y él, español, la llamaba de (tú),/ Se fueron amasando como pan las risas. Se marcharon/ Los tímidos del café bar pues era la hora del almuerzo/ Y él no pudo invitarla a comer y ella tenía una prisa triste,/ La acompañó a tomar el autobús también triste/ Y entonces él le dijo: te voy a echar de menos, a lo que ella/ Respondió lo mismo, entonces se les iluminó el rostro:/ ¡Hasta el viernes, o tal vez hasta mañana!/ Francisco Aranda Cadenas Málaga, diciembre de 2011
A Nely Sforza.../ Quizá fuera sábado o domingo en la mañana, serían/ La una o las dos, quién sabe cuando se va aprendiendo/ A morir de a poquito, día a día, aprendiendo a vivirme/ En ti, contigo en el súbito nacer de la madrugada./ Levemos las anclas del dolor, sumémonos a la alegría,/ A esta dicha de sabernos en nuestro ser terrestre,/ Longitudinalmente a la deriva en cauces coloridos/ Como en un sueño en que la voz desata misterios/ y rostros amantes. Quiero decir que tal vez/ Fuera sábado o domingo en la mañana, alrededor/ De la una o las dos cuando llegaste, y en todas las cosas/ Has dejado, apenas nacido el amor, se derramara en mí/ Una luz que azulea el alba, tu voz como una yedra/ En mi garganta./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, en diciembre de 2011
'A tu puerta llamé.'/ Rubén Bonifaz Nuño/ A tu puerta llamé. Yo no sabía que (vos)/ Eras un cercano fluir de palabras, que tus cabellos/ Eran una plaza soleada, que tus ojos eran/ Dos aguamarinas mirando al porvenir/ Y, ¿a quién contarlo ahora? Aquí adentro/ Me estallaría el sentimiento si lo silenciara,/ Si lo hiciera mudo, si lo dejara naufragar/ En una mar de escarcha./ Francisco Aranda Cadenas/ Málaga, en diciembre de 2011
A Nely Sforza.../ Buenos Aires. Río de la Plata. La noche./ Entrañada, has llegado hasta el embarcadero/ Con viandas y una canción de Gardel./ Llevas un canario amarillo posado en el hombro./ Los ojos de las aguas contemplan tus muslos fermentados./ Yo recojo las redes, saltan en mis manos los peces de plata/ Mientras tú, azarosa y presente, bailas con un pañuelo azul/ Sobre la arena junto a un piano encendido. Tu cuerpo desnudo,/ Como la arcilla desnuda, como los sueños desnudos,/ Rezuma planetas celestes, abstraciones al óleo, leyendas/ Del viento que empujan las barcazas. Leo en tu piel,/ Alegre es el lenguaje cifrado de tus poros, leo en tus labios/ La carnalidad al igual la madurez de una fruta en sazón./ Buenos Aires. Tu rostro es sencillo. La noche./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, en diciembre de 2011
Abiertamente hablando de tu cuerpo, musicalmente/ En los pianos que cantan tu silencio en la noche;/ Elevo yo mis manos, el singular presente, la voz/ Que meció la ciudad en las horas de lumbre,/ Y a escondidas contemplo tu fotografía,/ Como si de un naufragio de tu piel fuera/ El viento que lleva y trae un insomnio/ De lunas redondas. En ti, este aprendiz/ De alcobas, dialoga hasta nombrarnos./ Es así, la noche porteña, que edifica/ La hoja blanca de papel donde te escribo./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, en diciembre de 2011
A Nely Sforza.../Porteña, el origen del pecado nos abrió las ventanas de más luz/ Ya prendida en el azabache de tu pelo. No son nuestros/ Los siglos por venir, pero aún madurararán los días/ Que arriesgan nuestros pasos. Almendras para tu boca,/ Libertad de pájaro, amarillo y verde y melodía./ Amo tus manos, más allá de tu pincel violeta, aquello/ Que modela el aire, el barro subjuntivo, la noche callada./ Se ha hecho presente el beso, aunque no sepa retenerte/ En los mediodías que rezuman los poemas, huéspedes/ De tus senos, verbalmente olor del mar, peces/ De las cosechas, números vertebrados, una escultura/ Democrática en las colinas que alumbran nuestros años./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, en diciembre de 2011
EL CONTADOR DE ESTRELLAS El cielo es una cicatriz poblada de estrellas/ De sangre, que en la noche espían su culpa/ De helados racimos de luz sobre la tierra./ Un hombre se adentra en esa cicatriz/ Con su telescopio y cuenta los puntos/ Rojos de uno en uno, de cinco en cinco/ Hasta detenerse; impaciente sin embargo/ No se ha hecho cargo de ciertas imposibilidades,/ Y se han perdido sus ojos en un firmamento/ Azaroso y desmedido. Parece un naufragio/ Cuando ya el hombre se ha quedado dormido/ Mientras el telescopio hace alarde de memoria/ Hasta quebrarse. Como medida de todas las cosas,/ Todo es finito para el hombre, y en esa finitud/ Vive y muere, se aparea, hace el idiota e incluso/ Tiene ideas brillantes de tarde en tarde./ De las horas felices, quién sabe salvo los muertos recordando./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, 26 de noviembre de 2011
Tañen mis manos tu cuerpo; es extraña/ Tu piel pero la amo. Acuosa, la tarde,/ Se me antoja un desvarío destinado/ A repetirse. Y es hermoso el haberte/ Acariciado esta vez primera. Mis manos/ Ahí, donde tu cuerpo -cristal fino-,/ Donde los senos ardorosos y el pubis/ Como una guirnalda afanosa, como una abeja/ Destilando miel, delicado, oscuramente angelical,/ Enfrentado así contra la muerte poderosa./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, 25 de noviembre de 2011
Yo he visto los ojos del carnicero/ Sobre una pieza de buey. Sus ojos/ Hundidos hasta el cogote y la mudez/ De su boca. Sobre una pieza de buey/ Deshuesada y sangrante frente a una joven/ Virgen, que lee textos sagrados algo dudosos/ Y terribles. Los he visto, yo los he visto/ Y no en las carnicerías, ni en los barrios/ De la ciudad; estaba junto a una estatua fría/ A pesar de la sangre, a pesar de su mirada./ Me moriré siete veces, pero a la octava será el fin./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, 25 de noviembre de 2011
CUERPO IRREDENTO Afírmate, cuerpo, afírmate/ Irredento, no te aferres/ Al triste recuerdo de la carne,/ Sino a la urdimbre del placer y del deseo./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, noviembre 2011
OTOÑO MALAGUEÑO El viento hace temblar mi alma,/ Y sin embargo en calma habita la hojarasca./ Guárdate bien de los otoños,/ Si algún amor quebró tu corazón/ En otro tiempo incendiado por brasas./ Sé que fueron cálidos otros otoños,/ Al igual los días de colegio, los días/ En que tomaba tu mano,/ Y las despedidas eran dulces, como dulce/ Era el reencuentro... No tema pues a los otoños,/ Aunque el viento haga temblar mi alma/ Y sin embargo la hojarasca en calma habite,/ Porque cualquier estación es propicia al desengaño. Francisco Aranda Cadenas Málaga, noviembre de 2011
CUERPO DEL AMOR Poco sé acerca de las palabras, pero parece que ellas si supieran de mí./ Cuerpo del amor, fragmentos de significantes inacabables, todos/ Precediendo el umbral de la carne. ¿Qué son los cuerpos/ Habitados o deshabitados? Una llamarada en la piel si es que se trata de amantes,/ Un discurso de arcilla deseante, un reloj sin posibilidad de detenerse.../ Palabras de amor hasta en las vísceras, hasta en los huesos; eso somos,/ Casi un secreto incofesable. Francisco Aranda Cadenas Málaga, a 9 de noviembre de 2011
CAMINO EN LA NOCHE Camino en la noche en busca de las aceras que me llevan a tu nombre./ Tu semblante es azul, lo he visto en una rada./ Cada vez que el sueño tiembla - tembladeral del viento en la hojarasca-,/ Me dices que es otoño, pero a mí poco me importan las estaciones;/ Yo prefiero tu sed, la sed de tu garganta, el diente de león/ Que asoma en la avenida, tu voz adentro de ti misma, tu voz/ Balconeando vida. Qué importan pues los meses de este año si tú no te asomas/ A mi frente, a mi pecho y a mi herida, al vaivén de mi suerte/ A contraluz, y haces que te vas y luego vuelves, y muerdes las manzanas y te olvidas/ De ya no ser tan inocente... Quiéreme entonces, después, despacio, en un abril enamorado./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, noviembre de 2011
Cuando las rutas se abren a lugares remotos, /Y la vida es una fruta redonda y madura,/ Y los sueños no se disipan delirando sabiamente,/ Cuando la mar deja su saliba dulce en la playa/ Siento que el mundo, a la sombra de los naranjos,/ Es más hermoso y terrible si es todavía septiembre./ Fugaz como un trino lejano en la mañana, mi nombre/ Se ampara en una nube que no ha de llorar,/ Mientras los cauces de los ríos se embriagan/ De sombras y de voces acuosas registradas/ También en un libro de viajes./ La rosa de los vientos se afirma en la montaña,/ Donde el espliego y el tomillo, el romero y la jara/ Vienen y van dejados llevar por el aire fresco,/ Que rezuma vides y aldeas ancestrales. Francisco Aranda Cadenas Málaga, a 3 de septiembre de 2011
Permitidme esta reflexión tras contemplar una fotografía del Babelia de éste pasado sábado: Si la mirada es subjetiva, la vida es según cada actuante, cada espectador; tan real puede ser la manera de ver de un comerciante, como la de un obrero, como la de un coreógrafo, como la de un escritor, como la de una bailarina, como la de un médico; no es que cada cosa sea según el cristal con que se mire que decía Campoamor, sino que existe una multiplicidad de paisajes por sí mismos más allá de la pupila y el gesto, no hacemos otra cosa que descubrir territorios habitables o inhóspitos... Están dentro de nosotros, sí, pero nos preceden. Francisco Aranda Cadenas Málaga, a 28 de agosto de 2011
Cuando te escondes tras los árboles
Y he de adivinarte,
Cuando ríes,
Cuando estás alegre,
Cuando te recuestas en el sofá,
Cuando me cuentas historias orientales
Soy un poco más feliz.
Hoy has escrito un haiku,
Yo he formulado una pregunta
Posiblemente incontestable.
Me gusta tu desnudez entre las cortinas
Cuando los hilos de la luz amañanan
Tu carne.
He de decirte que no soporto los teléfonos,
Que prefiero tu palabra a la distancia precisa
Para cada instante.
Ahora, ya en los cuarenta y cinco, te pido
Sólo un par de cosas antes de que se muera
La sed de los otoños: despiértame
Para desayunar contigo y después de amarnos
Vayámonos al cine.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, agosto de 2011
Reinventar el rocío, la tarde, el sueño, el aire.
Reinventar lo ya inventado nuevamente.
Cosas nuevas con las que vivir
De forma cotidiana junto al rumor extraño de los corazones.
Aquí, en la cafetería de la esquina de casa, me acompaña
Mi estilográfica; emborrono el cuadernillo de notas, de versos
Sueltos como el pan de cada día; sorbo mi café, lo degusto
Y me marcho junto a esa columna de pájaros que el viento
Mece. En el extrecho margen de los nombres,en toda
Inacabada nombradía transcurre tu silueta como una caricia,
Así, de golpe, en el blando paladar, en los párpados cerrados.

Y cómo no reinventar el estremecimiento de tu cuerpo junto al mío.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, agosto de 2011
Cómo adivinar en los ojos de la noche
Una razón de amor, una verdad contenida
En una botella arrojada al mar, un don
Preciado que habita en los cabellos.
Cuando en los cármenes se escuchan
Los silencios, y tu boca -a veces tan lejana-
Como un clavel se abre no a la tibieza,
Empieza entonces a despuntar el alba,
Se despereza nuestro pequeño mundo
De ausencias y presencias con retraso
De tren venido del norte a media luz.
Cómo no querer adivinar si uno presiente
Un lecho amable donde los cuerpos húmedos
Se desprenden de la carne hasta los huesos.

Brotó la luz, brotó un cielo, de mi piel a borbotones
                                                                              Brotó la sangre.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, agosto de 2011
Se ha quedado mi carne baldía
En esta noche como espejismo o como delta,
En esta ausencia de llanura clavada en el pecho.
Hendidura de ti en el costado, ahora llueve.
Voy a dormirme despacito, aquí en Madrid,
En el Madrid del 'No pasarán' y el de Neruda.

Sólo tú y yo lo sabemos, cuerpo vivo donde oscurezco
                                                                        Felizmente.

Francisco Aranda Cadenas

agosto de 2011
LA POESÍA ES UNA FORMA ESENCIAL DE LA LIBERTAD INDIVIDUAL Y COLECTIVA...

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, agosto de 2011





Palabras preciosas, ¿qué son?
De niño las escuchaba, milenarias...
Me las decía mi abuela Pepa, de cabellos
Blancos y ondulados; en sus faldas
Me las cantaba. ¿Dónde están hoy
Aquellas hermosas palabras?

Triste es el olvido, triste.

Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, agosto de 2011

Tú aromas los abecedarios, la conjugación
De la rabia y la ternura. Resulta ser
Que me estremece tu palabra, esa sencillez
Con que nombras. Beso tu silabario,
Me arracimo a tu verso; has madurado
Mi corazón con tu poema, con el compromiso
De tu verbo. Te miro preguntándome
¿Quién soy? ¿Quién serás? No obstante
Has creado un microcosmos que ahuyenta
La muerte al menos hasta que el silencio
Nos venza. Más allá los muertos sin palabras
Sobre las nubes grises  o bajo la tierra espesa.
Veraz y sencilla me colmas, yo que camino
Hambreante de sonidos amables, asibles, musicales.
En mi memoria te apareces como un fruto
Que retorna siempre cuando el sol poderoso
Me devuelve la sed, la vida, mi libro, mi árbol...

Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, a 29 de julio de 2011
                 

Se llama Flor del cerezo, o así yo la nombro.
Por entre los arrozales pasea en bicicleta con su quitasol
Y descansa en un tatami parecido a un campo de fresca hierba.
Ahora no puedo recordar el nombre de su ciudad
Mas vive cerca de Tokio, y su sonrisa es amplia como el oleaje.
A penas si fueron 2 días los que estuve con ella,
Pero recuerdo una vez me quedé dormido en su pecho;
Ella me decía cosas al oído que yo jamás comprenderé
Y sin embargo sonaban con dulzura. Es correcta y educada,
Respetuosa y hermosa como los verdes campos de su ciudad;
Ciudad cuyo nombre no recuerdo, cuyo sol y luna no recuerdo.
De ojos rasgados y labios carnosos, habla con sensatez
Y cierta sabiduría oriental. En Miyazaki, tras hacer parada
En Nakamura, junto al Pacífico, traté de olvidarla. Apareció
Un día por sorpresa con su delicado kimono de seda; me había
Compuesto una canción, traído deliciosos pasteles de arroz,
Y nueve genuinas palabras directas a este corazón mío
De exilio en exilo interior y exterior. Hube de partir:
Tokio, New York, Madrid, Málaga... Fin de trayecto.
No podré olvidarla, es imposible olvidarla, pero podríamos
Encontrarnos tal vez en Firenze o en Lisboa ahora que ella
Tiene pasaporte de ciudadana del mundo. Viajé a Japón
Por una cuestión poética y hallé un poema frutecido de luz
Con nombre de mujer, y así de tierra en tierra fui llevando
Su estela y allí donde canté me dejé el alma en su memoria.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 28 de julio de 2011
¿Quién seré yo? Me pregunto a altas horas de la madrugada;
Siquiera sé qué pensar de mí, quizá en las horas turbias
Con ron malo comprendo que soy un par de huesos,
Dos estrellas estrelladas, a la sazón una vértebra quebrada,
Y despellejado el corolario de mi corazón. En los momentos
De tierna lucidez escribo poemas en silencio, aunque a veces
Liszt me acompaña junto a Mahler: son momentos especiales
En los que aún sigo sin descubrirme, pero yo no soy un discurso
Cerrado; tal vez se ilumine mi mente un segundo fragmentado
En el tiempo de mi muerte, pueda decir al menos que me amaron
Y que amé, aunque de mí haya sabido poco y sólo un tanto de vosotros.


Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, a 27 de julio de 2011
A la luz de Schubert contemplo tu desnudez.
La Alameda es un allegro vivace  fresco y ligero.
No voy a tomarnos en serio; en realidad voy a reirme
De mí mismo y a escapar de tu mirada.
Hemos tenido mediodías cómplices e incluso
Lunas con geranios en las balconeras, mares
Que rondaron nuestra habitación casi a hurtadillas.
Suena felizmente el tocadiscos, tu cuerpo en danza
Nombra cosas y cuerpos, pero no voy
A tomarnos en serio; yo partiré de madrugada.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 27 de julio de 2011                         
Mar adentro pude ver una luna violacea recostada;
He visto inmensos parrales cegados
Por la luz, altas acequias conquistando la carne ocre,
Te he visto a ti, en tu torre de marfil helada,
Y te llamé, y viniste, y entraste en calor, y supiste
De la piel que despierta a media noche.
La madreselva salvaje se arracimó a tu cuerpo,
Fui yo a tu alma quien se arracimó. Noche
De las caléndulas, cálida noche, dónde germinó
Tu beso, beso silente, beso agazapado
Tras las sombras junto a la mordiente del mar.
Y es que mar adentro pude ver una luna violacea
Que devoraba el oleaje, tres sueños empapados
En el naranjal, y una nube de levante hacia tu pecho.

Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, a 24 de julio de 2011


LEONARD COHEN - Suzanne (Live 1988)

MUJERES COMO CISNES

El semáforo está en rojo para los peatones,
Pasan y pasan coches como una enredadera
Que devorara el asfalto. Ella, fugaz desconocida,
Está allí, del otro lado. Cruzo la carretera
Y me dirijo a una librería y compro 'Poemas
Escogidos' de D. H. Lawrence: son recuerdos
También de Cernuda y de Valente... 'Donde
hay una mujer hay un cisne''; quedo conmovido.
Aquella muchacha del otro lado era un cisne azul.
Después, más allá de la tarde, me siento
En una cervecería y me embriago de versos.
Cisne azul que has surcado mis pupilas, ¿de dónde
Emergiste? Las luces de la ciudad me impiden
Ver las estrellas, pero una luna cual manzana
Madura destila su jugo sobre las aceras.
Ya, de regreso a casa, me encuentro un viejo balón
Y recuerdo mi infancia, recuerdo los cisnes
De aquel lago de mi juventud, recuerdo que canto
Y que habré de morirme al igual esa muchacha,
                                                          Al igual los cisnes.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de julio de 2011
Quisiera amarte
Sin espejismos,
Sin barricadas;
La noche es sabedora
De mi deseo,
Y no menos el día.
Cuando las puertas
Del cielo rompen
A llorar en el estío
Salgo a la calle
A buscarte.
He muerto
Cien veces
Pensando
Tu nombre,
Y aquí estoy
De cuerpo
           Presente.


Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, a 23 de julio de 2011

Al igual que frutecen los árboles, han frutecido las calles
De palabras. ¡Qué singular el ritmo de los transeúntes!
La mordiente del aire apura hasta el último suspiro,
Engulle, hambreante, las horas estivales, sobre todo
Cuando son las 12:00 en el reloj del Archivo Histórico.
Una mentira popular recorre las aceras, mientras una verdad
Personal, paso a paso, cruza la avenida con qué cuido.
¿Y dónde tú, si ya tú fruteciste?
¿Dónde tú, puñal de nieve caliente?
Caleidoscopio de colores estridentes la calle de palabras
Estos días de julio y tú, mar adentro fruteciente.


Francisco Aranda Cadenas
Arroyo de la Miel, 19 de julio de 2011

En el camino todo es una posibilidad, llamémosle
También angustia al modo de Kierkegaard,pero
Hay quienes no se saben vivos,
O bajo tierra vivos no se saben siquiera muertos.

Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, a julio de 2011

A mi padre Juan.




SOLEÁ

A por rosas yo entré a un jardín,
Mas al verlas no pude cortarlas.
Quise observar con la intuición,
Quise ponerme a escucharlas,
Mientras una muchacha tendida,
A las rosas delicadamente hablaba:
Espinas del rosal temprano,
No por ello sois menos espinas.

Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, a julio de 2011
De camino al psicoanalista
Me encontré una piedrecita blanca,
Me encontré una piedrecita negra,
Y una piedrecita gris
Entre la blanca y la negra.
Días de julio; yo busqué refugio
A la sombra de mis palabras,
Me quedé con la piedrecita gris
Para mojarla en el alma.
Cien lirios de sol y de fuego
Se entretejían sobre la acera
ancha y, yo cantando,
Iba recogiendo las flores malvas.
De camino al psicoanalista
Me encontré una piedrecita gris,
Que rezumaba un sueño de vid
Donde la ciudad era amplia.

Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, a julio de 2011
El día siempre abre sus puertas de par en par
Y se muestra diáfano a los ojos contemplativos,
Y se puede poetizar el tiempo, la Historia...
El 'maestro' Alonso Quijano poetizó sus actos.
Voy a cantar, porque mi condición no es la del filósofo,
Sino la del poeta -garganta en mano- escindido
En el trasunto amoroso destilándome.

Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, julio de 2011


Con tu quitasol rumbabas las caderas, puente viejo
Arriba; te recordé como a una 'musa' recién hallada
Tras una multiplicidad de espejos, la dulce voz,
Tierna la mirada. Con la quietud de los pámpanos
En septiembre -toda la vega en la retina- me acerqué
A ti, las amapolas enceguecían los ojos del ensueño.
Oh luz, oh fuente, oh reguero
De sangre en las aceras silabantes,
Oh amor cercano a mí como una joven muerte...

Francisco Aranda Cadenas

Arroyo de la Miel, julio de 2011
Es este inútil ejercicio de retar al tiempo
Una trampa, una sutileza equívoca.
Léeme algún poema de Gioconda Belli
Como colofón del día... Fugaz, la vida,
El sueño, todo, tienen su reflejo en el golpe
Seco del yunque del sol y de la luna.
Amo tu olor y lo guardo en un secreto cofrecito
De esencias, tú amas mi semilla y la guardas
También en un secreto pozo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 28 de junio de 2011
POÉTICA SOBRE LOS FUTURIBLES IMPROBABLES

Errar, pecar, desobedecer, todo al mismo tiempo,
Sin rebeldía, sin estridencias, en su término justo
La locura de ser y estar; sin banderas, sin proyectos
Estructurados, iguales e inmersos en la diferencia...
Es la nueva poética insertada en el contexto
Del tiempo -palabra en el tiempo de Machado-
Y obra humana al fin sin dioses y sin espantos.
Enormes dueños de la duda en nuestra más íntima
Humanidad. ¿Por qué temer entonces en las mañanas
Oscuras? Amarnos en este desafío provoca guerras
Por las que combatir, escépticos y entrañados
En esa bella aurora imposible de hacerla cautiva.
Las fuentes, la caída desde el vacío sin red,
Todo lo amado más allá de los espejos; sí, mujer,
'Bella Gioconda', ¿qué eres sino un río multiplicado
Por cientos hacia una beldad irónica
y felizmente indecente y cruel?

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 25 de junio de 2011
A menudo cantamos en la tarde, también hemos llorado.
A veces nos dedicamos a cosas de poca importancia,
Nosotros, huérfanos de tanto, exiliados de hace tiempo,
A veces nos dedicamos a cosas importantes.
Las flores que siempre demoraron jamás cortamos,
Y fueron la delicia de algunas horas simples.
Con cierta sana indolencia nos sentamos a la mesa
Los días sábado, y jugamos entonces a extender
La mano generosa que entrega el dulce fruto.
Hace ya tiempo que hemos olvidado los días
De la vendimia y de la siega, que hemos
Levado anclas al amanecer y en la noche;
Hace ya tiempo que hemos olvidado...
Pero el nombre de los años sigue presente
En la memoria, y son fugaces como estrellas
Que llamean en el cielo nocturno. Tengo miedo
A no saber de ti bajo el sol del estío,a quedarme
Solo en la estridencia de la luz que se expande
Como las bandadas de pájaros que emigran.
A ambos, que tanto amamos el participio
De presente, nos tomó por sorpresa el subjuntivo
Rabioso y pudo haber sido todo un simulacro
Mientras el verbo amar se conjugaba amando.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 24 de junio de 2011
Es verdad, una simple anécdota aporta luz
Y nos complace el haberla vivido.
De regreso del mercado -pan, vino, viandas-,
La casa se esclarece. Mira, la hierbabuena
Ha crecido, la ciudad ha crecido en misterio.
Todavía escuchamos a Paco Ibáñez a la hora
Del café. Este calor de junio nos trae recuerdos
Infantiles, la alegría de un sueño por cumplir.
Quiero ser tú no más de un segundo y contemplar
El cielo; es como si tus ojos tuvieran entendederas.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 21 de junio de 2011
Hemos envejecido con el correr de los años.
Comemos frutillas en las noches de junio
Mientras la palabra emerge desde dentro
Hasta el paladar; la madrugada tiene su ciencia
Y una emoción desdoblada en las manos.
Hemos envejecido y aún conservamos
La frescura de las cerezas recién cosechadas.
Con la oscuridad nombramos las palabras
Axioma, exilio, mar, paradoja, poeta...
Tú anidas tu propio fantasma igual que yo
En el silencio puro de las horas ya casi matinales.
Y sin embargo, una música pitagórica alienta el espíritu:
Son las estrellas tililantes, los planetas sumisos a su órbita,
Son las calles vacías con las sombras del día anterior
Aún deambulantes junto al trasiego de los pájaros insomnes.
¿Qué esperamos encontrar en el fulgor que nos asalta?
Como los lirios del campo la madrugada es hermosa
Sin propósito de enmienda, porque la belleza es un arma
Contra la falsa inocencia de los hombres, el mal
De los trigales y de los viñedos, la pobre rutina rutinaria,
Las tristezas de Rocío y de Manuela, los garabatos desnutridos
Por el hambre, y queda el sabor de la arcilla, eso nos queda.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 21 de junio de 2011
Y fuera que mis brazos abrazaran la delicada sencillez de entonces,
El austero ritmo de aquellas horas que nos hablaban del amor y del odio.
Y fuera en este instante que mis manos anidaran junto a las palomas
En los balcones del ensueño, y descubriera la vértebra madura en los espejos.
Me acercara a las orillas de la luz de una mar que se esconde para después
Amarnos, milenaria y febril, bullendo en los acantilados , albergue de gaviotas
Y de días por venir, sigilosos, como a veces de improviso, abandonados
A su sed y su memoria de estíos irreales al igual sobre el asfalto la calima.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, 20 de junio de 2011
Y qué importa si queda el tiempo detenido,
Si la luz más blanca perece, y el olvido
Teje telas de araña en los rincones oscuros.
Qué puede importar si todo eso está previsto,
Si la noche espesa es una niebla encendida de dolor
Y a cinco metros de mí saltan las sombras
En peregrinación hacia la nada, y aparecen
Los años de la guerra con sus turbias manzanas.
Y a qué llorar o perturbarse si todo está previsto
Con lenguaje conciso y tajante en las líneas
De la vida y del amor. Oh luz, no te tardes
Antes de que regresen los eneros y los niños
De la noche recuerden el peor de los inviernos.
Ha sido dura la esperanza, la ilusión un remordimiento,
Pero a qué sufrir si todo eso está previsto
Desde el recóndito principio de los tiempos.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, junio de 2011

CLAROSCUROS

Como ventanas al interior de la niebla, mis ojos
Se asoman a mi entraña cruda; digamos
Un día como hoy a las 21:44... No hay un solo
Punto de luz, tan sólo la boca abierta de un lobo;
Es mi sombra alargada como un río carmesí.
Quisiera estar en tu recuerdo, algo así como si fuese
Un mediodía de junio, y que al verte iluminaras
Mi mirada, despuntara mi otro yo menos obsceno,
Menos cruento, menos oscuro. Fieras son
Las noches que asoman por mi pecho, y pareciera
Que otra muerte, cualquier muerte desnuda
Me habitara a fuego lento. Yo sé, no obstante,
Existe una rivera de simiente fértil y límpida claridad,
Un espacio de al menos claroscuros donde entrar
A cuerpo entero: puertas hacia fuera en tropel.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, junio de 2011
Levadura de luz aquí en tu pecho,
Qué cercana la sencillez de entonces.
A pesar de Parménides, nosotros
Desembocamos en el delta que fue fruto
De mil ríos. Cómo no experimentar
El primer beso como aquellos
Colegiales tímidos en el patio del recreo.
Créeme que no voy a llorarte, para qué
Escribir el llanto. Aún te seguiré esperando
En las estaciones de tren; nuestra será
La mar con tu regreso. Así la paz despliega
Sus olas temerarias sobre el alféizar de los cuerpos.

Qué feliz la ligazón de tus palabras al recuerdo,
Más feliz contemplo la razón cercana de saberte,
Más feliz el naranja del sol sobre tu pelo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, junio de 2011
Te he buscado en los labios de la noche.
Me hablas de Heráclito y de su río
-Panta rei- con voz acuosa. A duermevela
Yo te sueño y dibujo mariposas en el cristal
Con vaho. Cómo sabré decirte ésta es tu casa,
Aquí germinan los geranios... Leemos a Freud
A altas horas de la madrugada, y conjugamos
La pasión por la poesía y el psicoanálisis.
Beso la claridad del día porque tu rostro es diáfano
(Qué otra cosa podría hacer, al menos sirva una metáfora),
Tan lejano como un tren que no regresa nunca.
Saberte me causa dolor a veces; quisiera
Arracimarme a tu cuerpo, a tus entrañas.
No me basta una excusa de palabras para verte,
Ni la sed de ti, ni la flor que corto a hurtadillas.
'Al pan pan y al vino vino', he de encontrarte
De entre todas porque mi voz te busca
En las ilustraciones que recrea la tarde,
Entre las gentes que atraviesan la ciudad
De parte a parte, en las páginas de un libro
Y en las conversaciones de los prójimos.
Me he poblado de ti, ya surcas mi sangre,
He tomado buena nota.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, junio de 2011
Quise partir.
La casa, lejana y cálida,
Me poblaba el sueño.
Quise quedarme.
Quise asaltar
El agrio pabellón
De la muerte
Amarrado a tu cintura.
No sé hoy dónde mi verbo,
Ni dónde el rosedal...
Me has llamado para vernos
Y te estoy agradecido,
Y digo tu nombre
Aquí en la tarde, abrupta
A veces como la arcilla
Más temprana del mundo.
Quise partir.
Quise quedarme.
Y sin cesar partía
Adonde cada cosa
Fuera nombrable.
Oh nombre inexacto
De las cosas, inefable
Ambición por el tacto.
Se sorprenden mis sentidos
Y mi razón,
Por eso es que yo
Quise quedarme,
Quise irme
De esta extrañeza poderosa.
Me has llamado para vernos
Y te estoy agradecido
Después de tanto exilio
Y tanta muerte huérfana
De signos. No dejes
De nombrarme al menos
Hoy, aquí en la tarde.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 2 de junio de 2011
AHORA, EN ESTE INSTANTE

Nos encontramos al atardecer.
Hace calor.
¡Cuánto transeúnte!
¡Cuántas orillas de silencio!
Con deseo avivamos las palabras; nosotros
Tenemos un corazón fuerte en el pecho.
Ay, tu blancura de sílabas.
Ay, la sed de tus senos.
Caminamos plaza arriba.
Nos anima el abrazo de la tarde
Y nos pedimos un café gustosos.
Sé que este amor se merece más que un beso,
Que una suerte de años por venir.
A pesar de todo el peso de la muerte encima,
Jamás nosotros de vivir nos olvidamos.
Tu rostro está encendido. Aún me quedan sueños.
Estoy por afirmarte que te amo. Tu cielo añil
Me inunda el cuerpo y la noche se aleja:
Es imposible estar de acuerdo con la oscuridad
En este momento en que te miro a los ojos,
Porque la noche nos teme, ahora en este instante
En que somos algo más que un verso en un poema.

Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 27 de mayo de 2011
Hube de olvidarte con mi canto por dentro.
Hube de haber y de había más allá de mis sueños.
Era el color de las sombras dos recitales de duelo.
Mira que yo te quería, te amaba más que a mi cielo.
En el coral de tu falda iban los aires en vuelo,
Y yo que bien te sabía me marchaba llorando y sin freno.
Los caballos de las playas galopan ya mar adentro,
Y la frialdad de las olas hacen de su mayo su enero.
Hube de olvidarte, ave fría, con dulzura de mi corazón hambriento.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 18 de mayo de 2011
a Gonzalo Rojas, poeta chileno...

Te besaré en la punta de las pestañas y en los pezones,

G. R.

Me adormezco entre tus muslos; la madrugada
Es una mariposa que gira alrededor de la luz
De tu cuerpo; seda tu piel, no renuncio
A escanciar sobre tu vientre el vino de la joven vid.
La carnalidad es una ciencia inexacta,
Como toda buena ciencia que se precie... Falsable
Como la carne y el pudor, y la marea de besos
Que no son ni de poniente ni de levante.
Lamiera, lúdico, las colinas que te nombran,
Me bebiera tu sexo inagotable al compás
De los percusionistas africanos. Te deseo,
Y mi sed de ti es oscura, felizmente oscura.
Anoto en un cuaderno la raíz cuadrada
De nuestros cuerpos juntos y resulta ser
Uno más uno, ambos, entre el amor y la guerra.
Hemos vencido aun en nuestra pequeña muerte,
Arrobados por el canto del ave solitaria.
Olfato y oído sensitivo para seguir ganando
Las batallas nocherniegas en que somos
Dos labios que se buscan con el hambre
De los guerreros heridos, mi lasciva muchacha
En derredor siempre de las altas horas: rosa
Siempre abierta.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 29 de abril de 2011
A David Salvia, amigo...

Es esto, sin más, David, un poema;
Un canto a quién sabe qué cosas,
Qué vida,
Qué muerte,
Qué aroma.
Un canto al cuerpo de Carmela,
De Rosita, de Esperanza, de Manuela...
La revolución ya va por dentro
Y hacia fuera, despacito,
Como el canto manda.
No me pidas que haga poesía social
Si no es el gesto la entrega,
Si no son las manos las que se manchan.
Y vuele mi verso enamorado,
Que la sola belleza es presente,
Futuro
Y pasado.
No es el 'tiempo'
De mi corazón la militancia política...
Ya ves, David, la poesía es un antídoto
Contra la muerte,
Aunque la muerte no perdone,
Aunque la muerte tenga rabia.
Hablemos de hombre a hombre
En esta noche ciertamente elemental,
Porque la palabra lo pide como quien pide agua.
Ya ves, David, así son mis poemas, pero agradezco
Tu visión, y tu amor a la palabra creativa y combativa;
Yo sólo combato en mis entrañas por serme en los otros
Más transparente, y jugar a vivir porque va en serio,
Tú ya sabes.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 21 de abril de 2011
Con la lluvia se mojan los cuerpos,
Se tornan visibles, asibles... Las arboledas
Cobijan a muchachos y a muchachas; llueve,
Luévense los días transitivos mientras regresan
Los pájaros del norte y otras aves fugitivas.
En cierta verdad de los arpegios se esconde
Tu sonrisa, y créeme que a veces comprendo
Que te cansen las metáforas y el verso.
Por eso es que busco hablar y escribir
Con la máxima sencillez posible; ardua tarea
Escribir, quiero decir que me alivia y que me duele.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 22 de abril de 2011
En mi memoria existe un verso aún no nombrado.
Presiento que es un verso de amor, uno de esos versos
Que se contraen con el tiempo para expandirse después;
Se multiplica, se arracima, se constela, se aparece
En los sueños y después en el olvido calla.
A veces lo sospecho, pero escapa a mi mirada, a mi tacto;
Se refugia detrás de una cortina, se va tras una nube,
Y retorna siempre como las aves en la primavera nupcial.
Pero regresa silencioso, a hurtadillas, como disfrazándose
También; ha hecho un pacto con la muerte, pero será la vida
Quien lo traiga definitivamente a la luz... Verso de amor,
Sé, sal al día, presentifícate en el nombre de la dicha.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 19 de abril de 2011
Para morir
de haber vivido
y basta.

José Ángel VALENTE



Fue necesario
Ser un náufrago
Para llegar a tierra
Firme,
Haber tragado
Palabra tras palabra
Hasta los huesos,
Ser en la oscuridad
La oscuridad misma,
Y morir
Despacio
Hasta vivirme.
Fue necesario
Llorar
Y desvestirme,
Y saludarme,
Y recibirme,
Haber sido
Ajeno a mí
Hasta encontrarme,
Para seguir viviendo
De vivir y basta.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 17 de abril de 2011
Sabes, pensaba ahora mismo en la fugacidad
Del tiempo... Nada nuevo, ya ves.
Pero de qué podría hablar a veces sino
Del paso del tiempo, del amor y de la muerte.
Ahora comprendo que te amo y mi amor
Es como un haiku, tan simple y sencillo.
Qué dulce este conversar nuestro, aquí,
Sentados en el parque al igual otras gentes
Que pasean, y los niños que hacen volar sus cometas.
Sabes, en este río nuestro de palabras fluyen
Besos y abrazos, no podía ser de otra manera
Esta tarde clara de abril junto al pequeño lago.
Somos porque somos y de vivir morimos y nacemos;
Vayamos hasta el puesto de helados y comámonos uno.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 17 de abril de 2011
Las muchachas con sombrilla para protegerse del sol
Dibujan en las plazas y en las calles un campo
Como de girasoles amarillos. El tiempo pasa
Con cadencia decente y un viento transgresor
Mora en los árboles. A veces llueve en los días
De abril, y entonces las muchachas sacan
Sus paraguas y dibujan en las plazas y en las calles
Un caleidoscopio multicolor con cierto olor
A colonia y a algodón recién lavado.
Ayer fue como hoy, pero mañana será distinto
Y las muchachas alegrarán los viejos tranvías.
Mañana será distinto, y yo me alegraré de ser
Y estar en estas calles y estas plazas.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 16 de abril de 2011
Un clown azul dibuja la noche.
Una muerte se dibuja a sí misma.
En el límpido cielo de abril
El viento reune a cientos de mariposas.
Se sumerge en el mar la ciudad
Anhelante de quién sabe qué sueños.
La voz de una verdad salta a la luz
Y nos sorprenden las palabras.
Lo triste y lo alegre son igualmente
Una despedida. Siempre de despedida:
Lo opuesto, lo igual, la cárcel, el libre aire...

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 15 de abril de 2011

PÁGINA NUEVE

En la biblioteca un libro; la calidez de la tarde,
Tarde que se diluye en los acordes de un cello
Y aún entra la luz por la ventana, y aún puede verse
El verso inicial de un libro abierto por la página nueve.
En sólo un instante todo es igual a sí mismo, en sólo un instante
Que palpita -párpado del amor-, que crepita en el aire
Como una estrella inaugural de la noche que comienza
A labrar la tierra de palabras, y sorprende
Las manos encendidas, los ojos bien abiertos,
Los dedos que subrayan un mínimo delirio; se cierra
El libro entonces, punto y final en el poema.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 12 de abril de 2011
Nómbrame esta madrugada para que exista nuevamente,
Y pueda yo nombrarte con las yemas incluso de los dedos.
Como las cuerdas de mi guitarra, así tu cuerpo
De arcilla iluminada; no hay oscuridad en tus ojos
Y puedo verte porque me hablas, y porque me hablas
Existo, y la madrugada canta, cantan los seres del exilio.
Nómbrame hasta el alba; yo te nombro... ¿Necesidad
O azar? Digo cuanto escucho, y esta madrugada
He escuchado tu voz en un acorde, y tu voz
Era una mariposa, y tu voz arrullaba el aire.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, abril de 2011
El mundo al que, lejano, llamábamos bello,...

Gabriel CELAYA


Enmarcado tu rostro pierde su natural sonrisa,
En esta noche de luna que muerde los zapatos.
Luego, en la marejada de luz del día, salgo
A la calle, compro la prensa y te pienso.
Junto al café, las noticias me parecen un disparate,
Tan disparate como que tú estés tan lejos.
Aquello que llamábamos bello está de atardecida:
La prójima, el prójimo, lo matemático, lo poético...
La poesía de hoy sería volver a caminar juntos,
Enredarnos con las palabras y la música,
Salir al aire, vivir y vivirnos con los otros
Sin esa melancolía de tu rostro enmarcado
Que pierde su natural sonrisa.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, abril de 2011
CUADERNO DE BITÁCORA

Siento mi desnudez más desnuda y sola, y siento
Deshabitado el corazón, deshabitado el pensamiento:
Hombre que fui ayer, escritura de ayer, humo de ayer
Azotándome las sienes como un oscuro viento.
Salgo a la calle errando el rumbo y me conforta,
Y busco otra luz, otra ventana abierta al día.
Desierto soy, soy paramera de mí, memoria baldía,
Palabra soy que puebla mi carne, desadjetivándose
De aquel que jamás fuera yo nunca.

Francisco Aranda cadenas

Málaga, a 30 de marzo de 2011
Agua lenta en el cauce de las palabras,
Humedeces toda nombradía con saliva de tu boca.
¡Mira, qué el infinito es un sueño!
¡Mira, qué el infinito es un acertijo!
Ahora, primavera fruteciente, se encienden
Los rostros silábicos en las avenidas
De personas y de caracolas marinas olvidadas.
Despaciosa, la noche, se apodera de los lirios
Y de los apartamentos. El carmín de sus labios
Marca las copas; nos hemos puesto de acuerdo:
A las diez en la Plaza de la Merced
Junto al vegetariano y el cartel que anuncia la ópera.
Yo estaré con cierto aire distraido, y tú llegaras unos minutos
Tarde. Los violoncellos de la noche harán el resto.
Completamente sábado, sábado en el viejo teatro romano,
Nosotros vemos pasar las muertes sumergidas en los verbos,
Y la vida con sus luces de abril mientras el alma es acariciada
Por il vento caldo que nos acompaña. Calles del no sé
Que recorremos felices como jóvenes amantes,
Bares de la madrugada y perros vagabundos
Que se dejan acariciar. Todo es nuevo, nada es como entonces
Cuando el tierno amor carecía de sabiduría. Hoy
permíteme, amor, que responda a tus preguntas
Con la sed íntima de un beso... ¿Y la ciudad?
Los pájaros de la madrugada no abandonan las copas
De los árboles del jardín, nosotros seremos nuevamente
El alba con alegres campesinos en el corazón
De regreso ya de la jornada.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 25 de marzo de 2011
VIAJE

Para este viaje con billete de retorno
He escogido un par de libros, mi cepillo
Dental, un plano de ciudades, ropas varias,
Mi corazón, y algunas ideas complementarias...
Tu compañía, que sin ser sagrada
Me resulta tan imprescindible como estas ganas de partir;
Requiéreme entonces para estar a salvo de la soledad
De trenes y autobuses, de algún vuelo irregular,
De mi propia neurosis, de mis noches de insomnio
Aprovechadas siempre con detalle de manera informal.
Y ya no sé si será la noche o el día, o si serán los espacios
Lo más propicio para escribir tu nombre en un papel.
Y será la hora
De abrir la puerta,
De echar la llave,
De partir.

Como en todo viaje habrá un alumbramiento
Con la certeza de que incierta será la travesía.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, marzo de 2011
¿Qué podría llegar a ser
Ya entrado marzo de 2011,
A mis 44 años,
Un poema coral por ejemplo,
Canción del tú,
De él,
Del nosotros,
A pesar del frío,
De cierto silencio,
De las soledades juntas?

Ya de amanecida
Me dejo de literaturas
Y salgo a vuestro encuentro.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 10 de marzo de 2011

CALIGRAFÍAS

El viento caligrafía las paredes y los árboles
Como los adolescentes que graban corazones
Con sus nombres en sitios decentemente visibles.
Yo escribo versos en la noche para no sentirme solo.
Todo se borra después. Es el implacable tiempo
Con su mano desnuda quien todo lo deshace.
Cada uno a su manera caligrafía cada instante
Vital ya sea en hojas, paredes, árboles,
Arenas de la playa e incluso la piel del prójimo y la prójima.
Al fin y al cabo, esto que llamamos vida, posee
Su palabra oral y su palabra escrita que se inscribe
En una noche más allá de la noche con música de cámara
O rap urbano, una elegía tal vez, una parodia...

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 7 de marzo de 2011

SOY DE BARRO

Me llamo barro aunque Miguel me llame.

Miguel Hernández

Soy de barro, como el cántaro
Que sirve para el agua y el aceite.
Mi noche y mi día caben en una lágrima,
En una carcajada que devora el tiempo
De la fealdad y de la conjunción de la tristeza.
Mi soledad es un espacio vacío, la compañía
Una heredad más allá de los días domingo.
Como barro que soy, soy mortal, y no habrá
'dios' alguno que soporte mi espíritu,
Esta arcilla ciega cuyo pretérito fue una palabra
De amor, un pasaporte humilde hacia el último
Minuto que condensará mi historia.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, marzo de 2011

LLUÉVENSE LAS PALABRAS

Lluévense las palabras
Sobre la tierra de mi corazón,
Sobre el cuenco de mis manos.
La noche está serena.
En el jarrón hay flores malvas.
Palabras, palabras llovidas
Para ti y para mí,
Para nosotros, detenidos
Un instante bajo esta dicha
Repentina, que inunda
Veredas y campos.
Escucho a Wim Mertens,
Su struggle for pleasure,
Y se acelera la lluvia,
Y hay risas juveniles,
Antorchas, pan y vino,
La correción de unos versos,
Una luna arracimada al verbo
Íntimo, al sustantivo que viene
De otro mundo, de una nube
Que se detuvo a llorar en el cielo,
Donde fueron dos cuerpos,
Un solo gemido.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 1 de marzo de 2011

A LA LUZ DE LA PALABRA

Hemos despertado
En la primer hora del alba.
El rocío escanciado
Por los dioses es un néctar
Delicado al paladar,
Un azar diminuto prendido
En las corolas, una música
Presta a desvanecerse
En el silencio.
Es así esta mañana húmeda
Con olor a vastedad
De bosque.
Hemos despertado
A una verdad sencilla
Como el pan recién horneado.

Hemos despertado a la luz de la palabra.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, 26 de febrero de 2011
Me duele en crudo tu mirada,
Me duele por no poder asirme
Al barro de tu piel, y ser barro
Y ser costilla fieramente
En un alba madrugada.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, febrero de 2011

DIME

Dime, cómo la luz
Si no me abrigasen
Las sombras
En la tarde muda.

Dime, cómo lo oscuro
Si no me soñase
Vivo y de repente.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, febrero de 2011
Ha quedado la noche sujeta
A la copa de un árbol
Al igual una cometa,
Pareciera una urdimbre de sombras
A plena luz -caprichoso artificio-.
Tiro de la ligazón
Que une a la noche con la tierra
Y se asoma la muerte,
Con tez de niña pálida.
Como queriendo tomar mis ojos,
Como queriendo dejar dos cuencas
Vacías en mi rostro, se me acerca,
Me acaricia y me abandono
A su beso; he logrado engañarla
Con un gesto de amor,
Se marcha en busca
De otros labios más fríos,
De otro cuerpo más huidizo,
De otra entraña sin palabras.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, febrero de 2011
Sobre el papel he escrito nueve noches.
Por el valle, mi corazón redondo como una granada.
Tú, él, nosotros, sonoros en el día, habitamos
Los salones de ámbar trémulo en la luz.
Suena un guitarra, un verso suena.
Cien caballos con sus cien jinetes
Se abrazan a la tierra, cabalgan
Desnudos hacia la primera voz del alba.
Os doy mis palabras, éste es mi presente
Más longevo frente a las estatuas frías.

Sobre el papel he escrito nueve noches.
Por el valle, mi corazón redondo como una granada.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 12 de febrero de 2011
Para Isabel Cervantes, con cariño...

Noche de entre ríos; la luz,
Como un agudo párpado líquido
Penetra en los márgenes
-Limo fértil de tus ojos-.
Es cálido el recuerdo
De ti, cálida es la canción
Que anuncias, tu verso
Y tu racimo de pinceles
Fermentados.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 11 de febrero de 2011

TE VI

Te vi. Estabas bajo un naranjo en flor, vestida de blanco con un pañuelo azul en el cuello.
La noche de los vientos acariciaba tus guedejas. Fue que al tercer día resucitaste
Después de una noche oscura del alma como la que tenemos todos.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 11 de febrero de 2011

CANCIÓN DEL NOSOTROS

Has llegado con la canción del nosotros,
Henchido el pecho de guitarras
A compartir a nuestro lado. Verdea
Tu corazón y todo cuanto finitamente
Se suma a los costados: cópula
Nocturna del pentagrama y del clavel.
Con duración terminable nos abres
Los oídos sin tópicas premisas, tan sólo
Claves de Fa y de Sol en la sola noche
De los dioses con su humanidad tardía,
Que vislumbran en lo oscuro tus manos.
Se suman a todo esto la tierra, el mar, el cielo...
Es aquí ya que nos cantas con repentina
Aparición de pájaro, bendita tu sombra
Que será ceniza, pero bien sabes no estás solo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, febrero de 2011

CANCIÓN

Junto a mi poesía
Me siento en una silla
Y le hablo; le digo,
Compañera, qué dulce
Sentir, qué rabioso
Sin estrictos sones
Tu cantar de cáñamo y herida,
Y desamores.
Me contesta subjuntiva
En verso libre, me abre
El corazón, me silba
A la luz de la memoria,
Enciende su vela
Ya encendida
En el poniente,
En el levante
De su lira.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 2 de febrero de 2011

EN SU PELIGRO HERMOSO

Si fuese la noche como un río que fluyera
Despacio, un río que alimentase las veredas
Con flor de calendario, un río si más,
Henchido de luz hacia la nada enamorada
De los cuerpos, un río delirante en su trayecto
Con sus huesos pares y sus azucenas del recuerdo.
Si fuese la noche como un río que dijera
Heme aquí, ésta es vuestra casa, cantando
A cinco lunas acompañado por guitarras,
Y fuese que en ese río yo me hallara
Desnudo, y amara y amase con ganas
De vivir, porque la noche se muestra
Siempre palpitante en su peligro hermoso.

Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 31 de enero de 2011
¿Dónde vive el secreto pozo con urdimbre
De la voz perdida,
De la voz oscura,
De la voz presente?


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 29 de enero de 2011

¡ALMA NIÑA, RESPONDE!

En el incierto roquedal infantil
He posado los ojos de la memoria.
¡Alma niña, responde!
A la luz de lo vivido lejano me recuerdo
Con el corazón abierto de par en par.
Llevado de la mano del agua anduve
Territorios de amor y de odio...
Flores que duermen en el pecho
Al igual en las páginas de un libro,
Os pregunto por mis primeros pasos.
Yo, Francisco Aranda, que fui niño
Como otros, vengo a traer una palabra
Olvidada al aire de estos días de hoy
Donde es vasta la mar de siempre.
Se amañanan entonces mis vísceras y mi alma
Hoy día sábado a finales de enero.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 29 de enero de 2011
CIEGO EN LA LUZ

Siquiera tu mano, la serena desnudez de tu alma
Me abrigaran. Hace frío en Málaga, yo tengo frío
Y no sé -ciego en la luz- dónde hambrea mi mirada.
Pacto con las sombras, me acerco al horizonte
No baldío, se cubre de mi sed el talle de tu nombre.
A veces te llamo a no sé dónde, en no sé dónde.
Entonces, me digo casi en sueños, ya casi soñando,
Levántate y anda como a un Lázaro mendigo
De tu cuerpo, mi cuerpo junto a un rosedal de frío.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 26 de enero de 2011
Ya la rosa del alba derrama el terciopelo

Francisco Ruiz Noguera

Ya la rosa del alba derrama el terciopelo,
Una luz inacabada que jamás culmina,
Una brevísima sombra sobre el suelo.
Ya la rosa del alba es puro anhelo
Del sol que la secuestra y arrebata.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 25 de enero de 2011
¿QUIÉN MÁS FELIZ?

Lluévense de tus guedejas rubias, de tus ojos azules, la lira y el clavel.
Te afirmaré tres veces cuando llegue la tarde, cuando mis labios
Te busquen, y yo sin saberlo.
Construiré una vereda de palabras que me conduzca hasta ti.
Ni los dioses ni los demonios de mi pecho, ni mi cielo ni mi infierno
Harán que se borre este recuerdo de mis ojos, este recuerdo de ti
Cuando apenas si tu cuerpo conversaba conmigo, y yo sin saberlo,
Y tú sin saberlo.

¿Quién más feliz sino aquél que es bañado por la luz?

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 24 de enero de 2011
a mi amiga Georgina con cariño.

Las estrofas de la tarde
Se anudan a los sueños
Que libran su delirio
Con voz de abecedario.


Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 23 de enero de 2011
Y fue que me nombraste, y fue la primavera de las luces.
A veces yo también te nombro entre las buganvillas rosáceas,
Cuando el semblante del ocaso recoge su velamen.
Yo te he nombrado por encontrarme contigo
En un espacio simbólico al menos... Te he nombrado
Por insuflar en mi corazón una razón de amar.
Tus ojos de mediterráneo encendido me han interrogado,
Han desvelado mi deseo. Cuando cada una de las letras
De tu nombre habiten mi carne y mis vísceras,
Me acercaré hasta ti con la tierna elegancia que mereces.
En mi desván vacío habitan rumores del viento, una claridad
Diáfana como tus manos delicadas y sencillas.

Y fue que me nombraste, y fue que te nombré, y fue la primavera de las luces.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de enero de 2011
Alma de la rusiente ave en el corazón del poeta,
Adéntrate en la noche lunar con una marejada
De versos, haz que los sin memoria despierten,
Que el cielo se hienda y escancie su mosto
Para cada moribundo que aún respira,
Para cada muerto que aún anda. Y entrega
Una vida honorable a los hijos de la luz,
Aquellos que en la luz habitan.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 17 de enero de 2011
Quiero escribir un verso de amor, tan sólo uno,
Un verso de amor como el que desearía pronunciar
En la hora de mi muerte... Quiero vivir, vivirme
En ese verso, más allá del sentido común
Y de la Historia. Y quiero ser después del verso
El poeta que olvidó su estilográfica y echóse a andar.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, enero de 2011
¿Has llegado a nombrarme hoy para que al menos exista en ti?

No sé si llegué a preguntarte si me amas, si me piensas en las madrugadas;
Casi que me olvido de tu rostro por culpa de la fiebre, y esta tos hará posible que no me reconozcas.
Estoy diciendo que hace tiempo no te veo, y eso no me sienta nada bien.

La verdad, el bien y la belleza nos han dado tregua afortunadamente, aunque yo nunca supe reconocerlas;
Tampoco tú, me dices, que asediaste cualquier fortaleza que no diera al mar.

Me agradaría que pasásemos de la filosofía a algo más cercano al corazón,
Por no decir al cuerpo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 10 de enero de 2011


LA AMARGA BELLEZA

También la amarga belleza tiene su bendición y su misericordia.
Aquellos que en un tiempo fueron lirios nos dejaron el estremecimiento,
La simiente que sume a los amantes en el clarear del día.
También la amarga belleza tiene su escalofrío y su poeta,
Su sed de un día, del último día tal vez.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 7 de enero de 2011
El largo río de guedejas peinadas amanece
Con frescas naranjas en su cintura y en sus brazos.
Hasta allí regresarás con ella porque eres un pescador
De albas, y la tumbarás sobre la hierba y le harás el amor
Sin ciencia alguna y con pasión de marinero; luego,
En el delta sin nombre, en el delta impreciso de los nombres,
Montaréis a caballo junto a los juncos y a las rocas,
Y saltaréis al mar desnudos como hijos del viento.
La noche os abrazará con mimo y os ofrecerá un abrigo
Hecho de hogueras, y con ternura os abrazará la noche.
El sol es mosto de uva derramado sobre la playa.
Los peces voladores os saludarán con aire alegre y desprendido.
Y pasarán los barcos, y alzaréis vuestro blanco pañuelo,
Y navegaréis a lugares lejanos caminando sobre las aguas,
Cantando en la proa de madera y sal, a nado hasta
El nuevo mundo que pactaron vuestros ojos.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, enero de 2011
Volverán las oscuras golondrinas...
G. A. Bécquer

Gracias, Señor, la casa está encendida...
Luis Rosales

Volverán las oscuras golondrinas
A anidar
En la blanca vejez
De los cabellos.
La copiosa lluvia
Me invita al exilio.
He visto un horizonte
Con nubes
Que mordían
Las cordilleras,
Con una mentira
Sobre los hombros
De los niños.
He jugado al ajedrez
Con el alba
Y he perdido
Cientos de partidas.
Me he acostumbrado
A la derrota con los años,
Contemplando
A las oscuras golondrinas
Que regresan
Con el zigzaguear
Del tiempo.
Mi casa está vacía,
Sólo la piel de los libros
La abrigan en invierno,
Pero está encendida
Con luz de mediodía
Y asoma el viento
De poniente.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, enero de 2011

Ilustración de Miguel García Jiménez (en el corazón del viento).

MANOS DE TI

Amamantada la triste estatura de mi sueño,
Han amasado, manos de ti, mi sepultura.
La noche es un gran canto que gira
Infinitesimal en su silencio. Y dónde,
Dime pues, tan grácil la hermosura
De las magnolias que aún no me saben muerto.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 4 de enero de 2011