El Poeta
Pudiera haber desbaratado las frases óseas de mi discurso,
Pero mis músculos se hubieran reblandecido verbalmente hablando,
La piel de abecedario se hubiera cuarteado y sílabas y consonantes
Hubieran fatalmente caído por las escaleras de mi cuerpo a punto de nombrase.
Mas todo esto ocurrirá tarde o temprano, una cierta violencia asomará por mi vientre,
La ciudad escanciada en las cuencas de mis manos no soportará alguna belleza
Que encierre planetas y música, mis ojos devendrán piedra. Lumbre de mí
Que se enfriará con un rocío temprano, ilumina mi frente hasta el final
Y que sea bañado en cántico el último de mis días.
 
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, febrero de 2013
Espuelas de la noche, caballo nocturno, cielo esculpido
Sobre la ciudad dormida. Las fuentes giran alrededor
De la arboleda derramando agua, mientras vierten las estrellas
Su luz como sábana de encaje en las avenidas. Aceras
Que esperan al día, jardines donde los amantes hilvanan
Besos; y hay colibríes libando miel, y transeúntes ebrios
De luna cuando el aire se acomoda con la lluvia.
Hay una calma cubista en los pechos, en los cabellos
De ‘bailaores en la madrugá’. Se nombra la dicha,
Se nombra el espanto... Huele a incienso
Como a jazmín; quizá la primavera se adelante
A modo de espiral con su quitasol y frescor de hierba.
Ahora me quedo aquí, parado ante la puerta de la casa,
Confiando estés ahí con tu desnudez de límpido cielo.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 19 de febrero de 2012


Después que aquella nombradía
Hiciera presencia en los días de febrero,
Y la mar besara la cuenca de tus ojos,
El dulce párpado, la propia lluvia
Que surgió de su seno, fue entonces
Que una luna, no sé si cóncava o convexa,
Se acomodó en los tejados de la ciudad,
Mientras los hijos de los nombres
Se sacudían los prejuicios y las sombras.
Aquella forma del encuentro, los puentes
Amanecidos, las sirenas en silencio, los púlpitos
Derruidos, todo cuanto aconteció
Que iluminó a la ciudad y a los hijos de los nombres,
No fue si no una música de pronto,
Una luz acariciando el rostro, la sed
De los vencidos que asomaron sus cabezas.

Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 15 de febrero de 2013




A MODO DE POÉTICA O UNA VEZ SE ABRA EL TELÓN

Algunos poetas residen en las propias cuencas de sus manos,
Mientras de una voz extremada emerge cierta poesía.
Concluyen: Todo poema lleva al poema actual.
Porque no les sale la voz es porque teclean ciertos poetas,
Y sus cantos confirman la excelencia de su silencio, el agotamiento
De su voz más de una vez, la lógica paradójica de sus versos.
A modo de poética, sencillamente escribo un poema
Como una interrogante, que quisiera escribir a lápiz en la pantalla
De este ordenador que me acompaña casi siempre de manera tozuda.
Blanco de la pantalla, te emborrono con tinta virtual, desvestido
De  aromas, cada vez más desadjetivado y menos subjuntivo.
Cierro la puerta de la biblioteca y le pregunto a los muertos, y a algunos aún vivos,
Cosas que sólo yo puedo responderme –inútil pregunta-. Abro nuevamente
La puerta de la biblioteca y aparece un extraño personaje con el que dialogo.
Es probable que escriba una obra de teatro, otra forma de la poética, algo
Más en movimiento, como una noria que fuera en espiral ascendente y descendente,
Cierta apariencia de montaña rusa una vez abierto el telón.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 7 de febrero de 2013
HOY
 
Hoy me reivindico a mí mismo para ser y para estar,
Y para ser y estar con vosotros.
Hoy me reivindico
Desde la planicie,
Desde la selva,
Desde las colinas,
Desde la urbe.
Hoy nos reivindico aquí, en el centro de la plaza,
Donde será abundante el agua con su luz de febrero no bisiesto.
Es ahora y aquí que yo me reivindico con mi torpe humanidad
Hecha de huesos y de carne,
Con sus palabras extrañadas,
Con sus palabras entrañables,
Y la víbora palabra o la voz de miel; qué menos,
Si es que hoy también yo me reivindico
Aunque algunos no lo quieran,
                                             Y estén desiertas las calles.
 
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 2 de febrero de 2012
Me hubiera acostumbrado a ti de no ser por ese agujero del dolor
Que inundó de lirios huérfanos la casa.
Me hubiera acostumbrado a ti, a tu desnudez de sándalo,
A tus palabras sencillas como pétalos; me hubiera acostumbrado a ti
De no ser por ese agujero del dolor que inundó de lirios huérfanos la casa.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, en febrero de 2013
Todos estamos colmados de razones,
Pero la razón no nos asiste;
Sin embargo es que el corazón nos asiste...

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 2 de febrero de 2012
Estaba en casa y comprendí que había una muerte adentro
De mí sin nombre. ¿Cómo pudo parecerme que un Réquiem
Fuese la primavera? Los niños jugaban en la calle, podía escuchar
Sus voces infantiles, su corretear de peces voladores sobre el asfalto.
 
Yo una vez tuve una mar en el corazón, en mi memoria...
Estaba en casa y comprendí que habitaba un vivo dentro de mí con nombre.
 
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, en enero de 2013