El Poeta
En mi balconera con geranios a veces se posan las palomas.
Hay una oscilación de alas que me recuerda al mar,
Es como una antología gráfica y poética del oleaje.
Con el primer latido del ocaso se cierra el telón del día,
La noche va conjurando sombras, las huellas de los gatos.
Cuánto sé de ti yo amo por sentirme aún más vivo,
Y los racimos de uva de la parra son el gozo antiguo
Que renace en la sazón de tus cabellos rubios.
Ahora quiero reflexionar un momento acerca
De los paralelos y los meridianos por ver dónde
Se encuentra la raíz festiva de tu nombre. Me bastan
Dos palabras, tú sabes cuales son, no importa cuanto.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 27 de agosto de 2012
Las bicicletas no siempre son para el verano, ni son todos los recuerdos para la memoria,
Ni siempre el frío pertenece a los inviernos, ni tu cuerpo es mío en primavera.
Hago un discurso acerca de la muerte y mis palabras ya están muertas de antemano.
Hago un discurso acerca de la vida y no soy sino para perderme.
Después de ti hay tantas cosas, pero sin ti es más difícil subirse a los tranvías de Lisboa.
Cuando La Pastoral suena te recuerdo con abrigo y con bufanda, ¡qué curioso!
Tu cuerpo desnudo abre paso a la cadencia, a un ceremonial no libresco ni teatral.
He sudado tinta para verte, y es que sin embargo hace tiempo no te veo, y te miro con palabras a modo de poema.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 27 de agosto de 2012
Se me abrieron los ojos como dos fuentes,
Y descubrí mi sed prendida del ramaje
Del más frondoso árbol. No había nadie
En nombre de la dicha, ni nadie que me hablara
Sin babelizar el mundo. Acudí entonces al papel,
Recordé tu cuerpo entretenido en los alféizares,
Hallé la tinta azul cobalto que buscaba,
Y en la fronda urbana me puse a escribirte
Pronombre tras pronombre. Quizá, mis ojos
Abiertos como dos fuentes, tuvieran el valor
De verbalizar lo que mi estilográfica y mi boca
No supieron tejer en el telar del lenguaje.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 26 de agosto de 2012
La demasiada pasión es la muerte; sé lo que digo.
No andar por la cuerda floja sino por un hilo cuesta una caída.
¿Has visto el mar embravecido? Las olas se disipan prontamente.
No existe mayor dolor que el dolor de la ausencia; sé lo que digo.
Hay la locura, la extenuación, las oscilaciones, hay la ebriedad
De ser y no ser al mismo tiempo. Lejanas o próximas están
Las despedidas. Yo me quiero quedar en ti, en la mar que parió
Los nombres, en el joven suicidio de las olas, pero jamás te quitaré
Ni una sola hora que a ti te pertenezca, jamás un día de tu vida.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de agosto de 2012
En los manicomios siempre hizo frío. Nosotros,
Los de afuera, no podemos comprenderlo.
Manicomio de afuera, mentira de los ojos abiertos,
Sana, sanita, culito de rana en la TV, y en las superficies,
Las grandes superficies comerciales, se curan los males
De nuestro tiempo. En los manicomios siempre hizo frío,
Y hubo un exilio interior. Nosotros, los de afuera, no hacemos
Sino asesinarlo todo; puede que falten las palabras de amor,
Y sobren otras palabras, digamos un mierdero de palabras
Que asaltan el júbilo. Manicomios de adentro y de afuera,
A errorazos donde no se aprende ni a vivir ni a morir.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 24 de agosto de 2012
Las aceras recorren los párpados del día,
las funestas ubres de las vacas que dan leche
Agria, el dolor por ser dolor, y su cuenca de ojos
Vaciados. ¿Para qué? ¿Por qué el sudor del llanto?
Todo tiene un sentido, quizá demasiado áspero
Para digerirlo con el estómago de un mono.
Los hombres encabezan las listas de la miseria,
Porque la miseria nos hace aún más miserables.
Cuánto amor crucificado en los latidos del corazón,
Cuánto hueso quebrado, huesos pares, a propósito
Porque faltó la palabra a tiempo o de repente.
Párpados del día que se muerden las pestañas,
Cómo sincronizar relojes a favor de la vida,
Y de vuelta a la musculatura ágil del poema.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 24 de agosto de 2012
Me halló la voz la vida, mi retablo de esperanza,
Mi quehacer cotidiano, la poesía y su mañana.
Musgo del pozo, urdimbre de las aguas, cielo destejido
De la nieve fría, celosías del sueño, abrigad mi atlas.
Quiero encontarte más allá de las ventanas, donde la tarde
Se juega su ser y no ser entre la luz y las trampas.
Corazón abierto, cerrado corazón, abre tu zanja
Para enterrar tus muertos y sus mudanzas. Colibríes
De sangre en tu frente esperan a que avances
Entre la soledad perdida y la soledad hallada.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de agosto de 2012
Ave que fue en los delirios del tiempo, llegaste
-Madrugada afín- hasta la geometría del silencio.
Y un murmullo de fuentes cuidó el recuerdo tuyo,
La ciudad en que habitaste cuidó el recuerdo tuyo.
Cómo decir en sólo un verso, que has regresado
Para desnudar los libros del encuentro, las canciones,
Las palabras que fueron nuestras, dichas siempre,
Y que nos trajeron la dicha de ser y de estar
                                                                Cuerpo con cuerpo.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de agosto de 2012
Como un móvil de Calder, de tus cabellos estaban suspendidas las palabras;
Festín para los pájaros en la tarde cercana ya a septiembre. Tu cuerpo
Como un árbol ofrecía sus frutos parecidos a una subversión del lenguaje
Y sus ramajes eran la perfecta ocasión para beber jugo de sílabas
                                                                                      Con las que desarrollar un poema.
Has reinventado todos los bordes del día, las cajas de texto de los folios primero y último.
Has confluido en el delta de los abecedarios que incendian el día como queriendo
Dilucidarse en la alta mar de los sueños, que quiebran el espacio para otro espacio nuevo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de agosto de 2012
De soles en la madrugada lenta se vistió la luna,
He aquí que no entendí nada, mientras escuchaba
A Paco Ibáñez interpretando Como tú
De León Felipe. Te habías ido, y no dije ni esta boca es mía,
Pero me dolió tu ausencia... Como tú, piedra pequeña, como tú.
Me desperté a las 7 de la mañana, la cama sin ti, las ventanas
Abiertas, el cuerpo aferrado a la almohda. Los desiertos
Son sólo hermosos en invierno, bien sabía esto
Cuando escuché cerrarse la puerta de la casa.
Preparé mi café, hice nuevamente el idiota al encenderme un cigarrillo.
La madrugada lenta vistió de soles a la luna. Yo cerré mis ojos
Una vez que nos amamos, luego escuché cerrarse la puerta de la casa,
La espiral de escaleras con golpe de tacón, calle abajo seguramente.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 21 de agosto de 2012
Ha sido siempre éste un obsceno desarraigo,
Una mala partida de ajedrez, un paisaje desolado.
Cómo fue. Yo nací entre dos ciudades; mi madre
Me parió dos veces, aunque yo no lo quise
Porque una sola vez basta. En una ciudad nieve,
En otra ciudad desierto, y en medio de ambas
Una herida primera, ya sabemos todos cuál es
Nuestra primer herida. A lo largo de los años
Fui creciendo entre ciertas mentiras y como en un babelizado
Lenguaje, a veces áspero. Obsceno desarraigo
Junto a los peces y a las barcazas de mi memoria
Infantil. Qué tierra pueden pisar mis pies, qué zapatos
Se ajustarían a su forma. Aquí estoy, cercano a los 46 años
De edad, algunas canas, y sin saber de la tierra prometida
Para aquellos que tuvieron un obsceno desarraigo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 22 de agosto de 2012
Hasta el otoño, me dijiste,
Cuando los árboles se desnudan,
Y mi cuerpo es cálido e intenso.

Hasta el otoño, me dijiste,
Cuando las lluvias y las lunas,
Y te recordaré del alba hasta el crepúsculo.

Hasta el otoño, me dijiste,
Cuando se arracimen los sentimientos
Y sepa decirte que te amo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 21 de agosto de 2012

Quién de los dos se acercó al mar de la entrega,
¿Fuímos ambos? ¿Uno sólo de nosotros?
La mar encrespada no supo contestar, nosotros
Tampoco. Entonces fue que te dije, amor, te echo
En falta, ¿a dónde partiste? Siempre quisiste
Viajar a Itaca, y hacer intenso el trayecto
Como en el poema de Kavafis; siempre kavafis
En tu corazón. ¿Y qué es para ti Itaca? Más que un sueño,
Lo he comprendido perfectamente.

Y aunque al comienzo fue la furia de los vientos,
Has partido felizmente porque la noche era propicia,
Y tu antiguo deseo de vivir es como una atenta mirada
De joven música hacia el porvenir.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 20 de agosto de 2012
Qué quedó al final de la noche salvo una oscura geometría
De dos cuerpos que se amaron, de dos cuerpos entregados
Al placer, en una habitación humilde con una reproducción
Picassiana de una paloma blanca sobre fondo negro...

La noche que acabó busca nuevas nombradías,
Y mi cuerpo urge nuevamente de tu cuerpo,
                                                                      Del verbo tuyo.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 20 de agosto de 2012
La noche abre sus carnes a la luna, al tiempo sostenido
Como hojas de papel en blanco donde el verso gime.
                 Tembladeral de tu cuerpo,
Las sábanas húmedas de segregaciones luminosas,
Que inundan la habitación con rítmicos espasmos.
Llueve, es noche de agosto y llueve, lluévense los segundos,
Lluévense los minutos y las horas; el reloj se balancea,
                Se convierte en pájaro.
                Tembladeral de tu cuerpo,
Rosácea vulva cristalina, senos de azafrán cálido.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 19 de agosto de 2012

Y al tercer día salí como un loco a buscarte.

D. Antonio Chacón (malagueñas).


Soledad de ti tan subjuntiva, mis nervios se confunden con mi carne.
Los toros de la ausencia corren por los pasillos de mi frente
Hasta alzar el vuelo, el calor se angosta en mi pecho, mi cuerpo
Es un espacio sin sangre. Del color de la rabia y del naranja
Me paseo por las calles musitando en vol alta algo de ti como un recuerdo.
De no verte me duelen las encías y el cielo de la boca, mi sexo me duele, me duelen los labios.
Ausencia de ti tan imperativa me lleva a buscarte enfebrecido. Y al tercer día de no verte
Como gaviotas huidizas se me escapaban las palabras hacia la mar de las barcazas sin rada.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 18 de agosto de 2012

Me he muerto. Soy un cadáver
Que no asistirá a su entierro.
Aquí me quedo, muerto y todo,
Junto a este árbol centenario.
La luz del sol no me molesta,
Ni la algarabía de niños en el parque,
Mientras yo, muerto y todo, saludo
A las palomas y a los hombres.
Me he muerto. Soy un cadáver
Que no hablará ya más.
Aquí me quedo, muerto y todo,
A esperar mi disolución en la tierra.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 18 de agosto de 2012
a Salvador (Alvaeno), con aprecio.

Hay historias tan tristes en la Historia, como si 'dios'
Hubiese estado babeando en esos momentos y los ángeles,
Los insulsos ángeles, lo hubieran acuchillado de repente.
Y además ocurre, en los corrientes de 2012, una oscuro odio
Y una franela de la usura, historias acerca de el hombre es
Un lobo para el hombre hasta en su sepultura. Y luego,
Esas llamaradas de los bárbaros de siempre haciendo la guerra
En nombre del capital, del santísimo capital y sus alegorías de muerte,
Y sus bombas verdaderas, y su metralla verdadera, y su nula poesía infame.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, en agosto de 2012
LAS PALABRAS DE LOS MUERTOS

Dime, ¿fuíste desenterrando todos tus muertos,
Y los sentaste uno a uno en tu salón? Yo lo hice,
Y conversé con ellos, y me nombraron Francisco.
Cuántas cosas tenían por decir y las dijeron,
Parecían una mar desatada, la flor de los inviernos,
La luz de los estíos, primaveras revestidas de azules. Ésta es la noche
De las alucinaciones: aquí están mis muertos, dime, dónde
Están los tuyos... Qué conversen, qué traigan a la raíz de la memoria
Los borrones, los huecos, las sinrazones de la Historia.
Hoguera inextinguible, razón de ser de los ya idos para siempre,
Cómo rescatar vuestra memoria que a mi discurso pertenece,
Y al tuyo, y al de él y al de vosotros, al de ellos también.


Nos queda la palabra de los muertos, el gesto vivo que conocimos,
La marea con racimos de uvas que ellos degustaron.
Nos queda la palabra de los muertos para trascenderla siempre.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 9 de agosto de 2012
a Nerea...

Recuerdo un verso en tu saliva, cálido
Como una mañana de septiembre.
Has doblegado mi carne con tus manos,
Punzado mis huesos, trenzado mi alma.
Se estremecen los días con tu estancia
Y la muerte de lo eterno nos recuerda,
Que a qué perder un solo minuto de presencia.
No me salvas, nada me salva, yo me salvo,
Y has ilustrado mi piel con un bello dibujo,
Como si fuera la sed ardiente que todo lo alumbra.
Hagamos del pan de cada día la paz de cada día,
El amor de la diosa Atenea que se amanece vincitrice.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 8 de agosto de 2012

a Nerea.

Me muerdo la intención de huir hacia adelante,
Algo que quizá en otro momento me hubiera
Hecho acercarme hasta la misma fiebre en la noche.
Me quedaré donde me corresponde por el momento
Y te diré: sé bienvenida. Rostros que nunca vi
Me hablan cuando mis ojos entreabiertos captan sólo
Un resquicio de luz posiblemente imaginaria. Tú
No habitas ahí, incluso más allá de una fotografía
-Siempre sepias con el tiempo- que no deseo guardar
En mi cartera, es donde estás presente no como espejismo,
Sino como sal marina que cubre mi cuerpo en estos días de agosto.
Podría decirte que te amo, pero te sonaría extraño. No sé por qué
Se me ha ocurrido ahora esto mientras escribo. Pero te diré
Algo parecido a un abecedario del deseo, un sencillo 'te quiero',
Tal vez una trama para una historia del corazón.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 7 de agosto de 2012
Cielo y tierra contenidos en tu puño, mujer, no time, no space...Ante la confusa puerta de los años, tu palabra muerde el almanaque.
Una vez abierto el telón, comenzada la trama, no hay regreso posible,
Pero una vez caído tampoco habrá regreso posible. Somos los sin retorno
A todas luces, mas quién vencerá, ¿Eros o Thanatos? Apesar de la muerte
La vida continúa con sus eslabones forjados a base de los tiempos del verbo
Amar y morir. Mujer, cielo y tierra contenidos en tu pecho, no time, no space...

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 5 de agosto de 2012