El Poeta
Sentado en la cafetería que da a la arboleda,
Mientras arrecia la lluvia, sorbo a sorbo de café,
Comprendo ciertas cosas: el tiempo, la muerte...
Pasa una mujer con su paraguas rojo, sonríe,
Camina feliz a pesar del llanto del cielo.
Sorbo a sorbo de café, recuerdo la brisa marina
De otros años de inconsciencia, las manos de Carmela,
Los viajes al centro de la ciudad. Quienes acuden
A su entierro, me digo, no tienen sentido del humor.
Va transcurriendo la mañana, y yo en la cafetería,
Recuerdo tras recuerdo, mañana que es y se va yendo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 29 de septiembre de 2012
VARIACIONES SOBRE UN MISMO TEMA

Podría jugar a hacer variaciones sobre un mismo tema con una cámara,
Eludir sin embargo la noche, sólo a veces,
Y adivinar cuando subes, peldaño a peldaño, las escaleras.

Ella sube las escaleras con sus zapatos rojos.
Ella baja las escaleras con sus zapatos negros.

No, ella sube las escaleras, ya no volverá a bajarlas
Hasta mañana, y haremos el amor como dos condenados.

Ahora una ventana a un lado, y otra ventana al otro lado después.
Una única puerta que da al apartamento o tal vez dos, un balcón
Que da al mar, que da a la montaña, que da a un parque.

Dispongo aún de pocos elementos, pero confío en que subas las escaleras pronto.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 27 de septiembre de 2012
Han de quedar, días que tú conoces, en una memoria
Antigua. La voz que a la noche acompaña es sólo
Una guirnalda en el pecho, quizá más, no sé bien.
Queda al cuidado de ti la sombra que se donó desnuda,
El espacio sin nombre cuyo nombre buscas, la soledad
De cien pájaros como un deseo atávico en la lengua.
Quiero embriagarme de la sed sin párpados, ojos abiertos,
Hasta el amanecer del día. Longitud abisal de los años
Que antes contemplabas, queda un sencillo recuerdo,
Mientras las palabras se atardecen con similitud de navío
                                                                         En la rada del deseo.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 25 de septiembre de 2012
Qué queda por relatar, dulces lirios, humanas manos
En desorden como un tropel de toros que nadie escucha.
La lluvia sobre el timbal espejea rumores que acontecen
De tarde en tarde, bien sé yo, tras las nubes ardidas
Donde las aves simulan el bien, la verdad y la belleza.
Nada más inhóspito que esto, extraña abstracción,
Ridícula a veces, como una culpa innecesaria.
Después de todo, qué queda por relatar, salvo el remanso
Acuoso de un río que mora adentro, impetuoso río
A espaldas del morir si esto fuera posible.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 25 de septiembre de 2012
Y tener otra pérdida
Que no sea la palabra
Para cuando la sensatez
Nos sea esquiva.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 25 de septiembre de 2012
Quizá me sea ajeno el sur nuevamente,
Y parta hacia regiones frías de pronto
Donde la claridad de la luz es tenue,
Y la soledad es bella sin embargo.
Quizá parta hacia regiones frías como un exiliado
De sí mismo, sin caparazón y sin nostalgias.
Hoy llueve, es miércoles, la sal de la tierra
Bebemos, llueve como nunca ha llovido,
Como si la tierra no hubiera conocido nunca el agua,
Como si el mundo hubiera estado seco por siempre.
Sentado, junto a una fuente, contemplo el cielo;
El cielo es una vara de medir el canto, las leves
Melodías surcan el aire. Con un carmín de labios rojo
Todo es besado, las criaturas grises también.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 26 de septiembre de 2012
Se yerra, erramos, cabezas fugitivas en el tiempo.
Cayeron mis tristes metáforas por el acantilado
Que da al sueño, y allí, -urgencia de amapola-, allí
Entre la vasta sombra o bajo una luz de deseo,
Encontraron tumba y resurrección, erguida fuente
Imaginaria que tantea la existencia, lámpara u oscuridad
En la habitación del durmiente junto a la semilla de un dios
Innoble, que juega a enmascarar la fiel aparición
De los vivos y de los muertos de antaño, las presencias
Cotidianas, con su ambición de avispero, con el mudo asombro
Que recorta el aire como un papel se recorta.

Se yerra, erramos, cuerpos fugitivos en el tiempo.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de septiembre de 2012
Canción del mundo, tropel de vanidades, la escarcha dura.
Huyo de mujeres y de hombres, busco el encuentro de los mismos.
Efímero fulgor de cada día, la retina se acerca a la sed de mis obras
Tempranas, de presentes inciertos como inciertos los futuros.
La amada silueta, que cayó como un cansada escultura, aquel
Barro tímido que fue y aún es, se desordena en el aire, en la canción
Del mundo. Aquello que amé se llueve sobre un veloz río irreconocible,
Y nada queda salvo esperar, hacer la masa nueva deshaciendo ovillos
Para la muerte, hilvanando versos para la vida. Entonces es que vivo
Esta madrugada inaugural, esta razón engañosa, este cuerpo
Perforado por el tiempo con otros ojos, con otro amor, con otras manos.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de septiembre de 2012

El ruiseñor canta aunque no haya oído alguno,
No importa que no haya ojos que lean los poemas;
Libre es el canto más allá de todo, junto a la carne
Que expresa su sentido -fulgor momentáneo-, libre
El canto más allá de los juicios. Poco importan
Los escenarios, siquiera los libros. En el aire viaja
El verso, el trino, que al alma ausente despierta.
Hoy escribo esto tan sólo para las calladas fuentes,
Fluya el agua y humedezca los tobillos de las muchachas.
La luz insinúa el cambio de estación, mi voz no calla,
El perfil del árbol se suaviza, pero hay una guerra
En ciernes, y doloroso es saber que la poesía
No siempre es un arma cargada de futuro.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 22 de septiembre de 2012

En verdad eran finales del verano, la costa se abrió
De par en par para recibir al otoño. Tu aliento caló
En mi piel como una desiderata. Hemos abierto las puertas
Al presente, a las horas del día más inmediato. Son irremediablemente
Los finales de septiembre con algo de licor en la boca.
Tus senos anunciaban los ponientes, la calidez intensa del octubre
Malagueño. Pero no crece en mí la tristeza apesar de que la luz
Se agota más temprano. Mi beso arroba y a la vez se detiene
En los besos que me has dado, y en las canciones que me has dado.
Y una vez abiertas las ventanas también, tú te apareces
Como si de una promesa se tratase; será, que el otoño es frío
Sin ti, y ya sufren las madreselvas y los jazmines el rigor
De la piedra que sube hasta lo hondo de sus copas.

Aquí, ambos, presenciamos el devenir del tiempo
Y en los músculos toda la tensión de la soledad
Que nos embriaga porque somos dos, no uno,
                                                               Cuerpo a cuerpo.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 21 de septiembre de 2012
Junto a los vientos, en mi frente
Se resume el día. Lo que a veces llamo
Belleza, tiene que ver con tu semblante.
A lo lejos, ya el sol  ajeno a mis preguntas.
Pero el día ha quedado resumido en mi frente
Y tú, has serenado mis ojos, el caudal de mis ojos,
La sed de mis ojos... Yo estaba allí cuando llegaste,
Una coincidencia sin azares, porque me fijé en ti,
Sería por algo ya que mi deseo tiene nombre.

Entretanto el verano ya rezuma frío, vendrá octubre
Con rotundidad de lluvia, y aquello que llamo belleza
Será nuevamente algo sencillo y a modo de una forma de vivir.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 20 de septiembre de 2012
Recuerdo el participio de presente de las olas,
Los interrogantes de la orilla, la lluvia ya nunca
De memoria, el azul del cielo como un ungüento
Para la piel; cosas como esas recuerdo
Cuando miro hacia atrás, a los años de mi infancia
Marinera, a aquellos años en que había un rapto
De luz casi bello, y el horizonte parecía infinito.
Ahora, con el paso de los años, abro las puertas
Que dan a otra luz menos hermosa pero más cercana
A la realidad, esa otra realidad que nos considera más lúcidos.
Llega hasta mis ojos, hasta mis ojos sin certezas,
La ciencia inexacta de los días, aquel pasado donde jugaba
A ser y estar sin ser inocente, porque no es inocente la infancia,
Porque ahí se juega lo que más adelante seremos. Es curioso
Que en los atardeceres límpidos, vivaces, de aquellos veranos
En que las horas eran una tea encendida en el corazón,
No hubiera un silabario, un alfabeto con que nombrar
El rigor del mañana, la saliba agria de algunos momentos,
La oscura pasión de la muerte sobre las cabezas.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 19 de septiembre de 2012
Quise decir: el cielo tiene envidia de los de abajo,
Y lo dije y lo entendí , porque nosotros,
Los de abajo, somos de carne y de hueso y hemos encendido
el aire no con promesas sino con el calor del cuerpo,
Con el esqueleto caminante, con la sed de un día
Que fue y será de aquí, de los de abajo. No queremos
La sabiduría de los de arriba, ni sus ideas sublimes,
Ni sus ángeles uniformados. A los de abajo nos gustan
Los jergones sucios, la concupiscencia, la carne en el asador.
Allá los de arriba con su moral para huérfanos y su deleite en la Idea
Suprema del Bien. Nosotros, los de abajo, nos conformamos con menos
Y somos, bien sabemos que somos sencillos y felizmente delirantes
Con nuestras promesas simples y nuestras rarezas cotidianas.
Qué alegría ser de los de abajo, siempre con un verso en la boca
O un pan debajo del brazo, la risa sin medir y cierto desparpajo.
Para los de arriba todo es certeza numerada, y ciertos silencios renombrados
Soy de los de abajo,
Y es por eso que amo y que muero así, sin más.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 18 de septiembre de 2012
Una poesía no cercana a lo vital es una poesía enajenada...

Francisco Aranda cadenas

Málaga, a 17 de septiembre de 2012
¿Recuerdas? Fueron tiempos difíciles
Y aún así nos amamos. Los fuegos
Artificiales no hacían ruído, el mar
Estaba en sospechosa calma, las fuentes
No lloraban y el desierto no era desierto,
Ni los bosques eran bosques. ¿Recuerdas?
Los niños delgados no iban al colegio
Ni desayunaban, eran tiempos difíciles,
Eran tiempos para montar en cólera
Y sin embargo nos subíamos a lo autobuses
Con cierto aire distraido, sin pensar en casi nada.
La llama del amor fue creciendo, porque eran tiempos
Difíciles y amarse era una forma de sostener el tipo.
Yo sí recuerdo, y comprendo que la historia tiene sus limitaciones
Al igual que nosotros que nos seguimos amando apesar de los difíciles tiempos.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 17 de septiembre de 2012


Quisiera contaros cuando siendo niño,
Aquellos dichosos años, ya amaba la palabra
Y contemplaba los cuerpos en su noche
Festiva. La letra y la carne en los años infantiles,
Lo que luego yo sería más tarde, lo que soy,
Aun cuando he desafiado a mi destino; días
Del ayer, días del hoy, ¿en qué os parecéis?

Quisiera contaros cuando siendo niño
Una verdad desnuda: aviso para navegantes...
Vocal y consonante, huesos y piel, son la misma cosa.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 17 de septiembre de 2012

Cuando soplan los extraños vientos, los vientos
Que sacuden las arboledas y los viejos campanarios,
Yo bajo hasta las playas septembreantes
Y ruego a las olas que sacudan mi alma.
La luz se acompaña de los cuerpos eternados
Con su arcilla caliente, con sus raicillas de sangre,
Con cien toros de sangre, y sal y silencios y palabras...
Las muchachas que cantan sobre sus toallas, húmedas
De mar y de deseo, recuerdan a Eros y a la vez a Thanatos;
Qué sutil encrucijada entre los vientos y la carne.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 15 de septiembre de 2012
GRECIA ARCAICA

A Safo...

El canto lesbio de Safo, la evocación del amor,
Nunca la rutina del amor... y Eros sacudió mis sentidos
Como el viento que en los montes se abate sobre las encinas.
Qué valioso regalo, cantos púrpura, voz para el recuerdo
Inflamada por el fuego de jacintos, y pastores y deseo y doncellas.
Lúbrica miel cubierta de rocío al aire de sus versos. Oh, Safo,
Embriagadora, tañe la lira una vez más, que alcen el vuelo
Las bandadas de pájaros de tu alma, su trino secular,
Y los vientos depositen su música en el pecho del que ama.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 15 de septiembre de 2012
Ella se acercó hasta la acequia. Fluía el agua
Como un inquieto rastro de sangre. Los parrales
Estaban vivos. Ella metió sus manos en el agua
Y las secó en su vestido. La gran noche de las aves
Visitó los campos, mientras ella quedó dormida
Bajo un cielo sin sombras. A todas luces
Ella soñaba en una ciudad inundada por geranios,
Porque ella me dijo que quería partir y que amaba
El color rojo de los pétalos. Fui a despertarla
Y besó mis labios. Sentí el calor de la mañana
Como si de el mediodía se tratase. La amaba
Porque era sencilla y buena, porque su rostro
Alimentaba la lluvia y sus piernas eran sabias.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 12 de septiembre de 2012


El terral de Málaga abrasa los corazones.
El mar habla, le habla a la ciudad, la seduce
Y se aman. En Málaga los inviernos no existen,
Y los niños van al colegio en pantalón corto.
Picasso pasea por la Plaza de la Merced
Y ve toros columpiados del aire, ve un haz
De luz como una cuadratura, se va, se va...
Yo nací en Málaga, y en Málaga lloré y reí.
Las cosas han cambiado, siempre cambian,
Mientras los gitanos venden biznagas
En el parque botánico. Platero está desnudo,
En bronce desnudo; yo jugué con él siendo
Un chavea, porque en Málaga los niños
Son chaveas y pasean solos por las calles.
Te he amado, te he odiado, ciudad
Para turistas y foráneos... Te he odiado
Con toda mi alma, pero ahora te recuerdo.
Iré a visitarte pronto sobre un caballo de Chagall,
Con un poema en la mano, y unas palabras de amor.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 10 de septiembre de 2012
En Viena hay castillos sobre el aire. La ciudad duerme
A media voz de su vigilia. Irritados, los ángeles, bajan
A la tierra y se humanizan; sexuados, corren a aparearse
Mientras un viento gélido asoma por las esquinas.
En Viena los sueños son blancos con fachadas ilustres,
Pero una tristeza recorre sus calles, una tristeza
A modo de adagio con oboes y arpas, y sudor
Abotonado al tiempo como si fuera una chaqueta
Con surcos milenarios. Los niños de Viena
No pasan frío apesar de los crudos inviernos,
Llevan bufandas en Clave de Sol, un paraguas
De primera mano, zapatos de charol blanco, y una sonrisa
De fuente. Las sirenas de Viena no suenan en la madrugada,
Porque sólo se muere en el día; deliran los cadáveres
Al compás de un vals de silencios. Hay en Viena una muchacha,
Que recorre los mercados y las plazas,  se sube a los tejados.
Desnuda, sin inocencia en su piel, ofrece sus duros senos,
El preciado sexo de sus años. En Viena se sacuden el polvo
Con cepillos nupciales, y las calles despiertan si los gemidos son largos.



Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 9 de septiembre de 2012
Llueve en New York. El Central Park es un lago
casi infinito, sólo hay un horizonte de agua.
Listz se pasea bajo la lluvia de septiembre
Ensimismado en algún pentagrama. New York
Tiene los senos color azafrán rabioso, y su sexo
Es varonil curiosamente. El caos del tráfico
Resuena en los oídos como una música de rock,
Y el vientre de las ballenas está repleto de niños.
Sobre el río Hudson cae sin embargo la nieve,
Los pequeños remolcadores arrastran la niebla
Y el sudor de los obreros. Llueve en New York,
La cadencia de su poema es una nube de azufre misteriosa.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 9 de septiembre de 2012
Como otras oscuras voces venidas desde lejos,
El silencio atraviesa puentes y veredas, se instala
En la sangre. Yo esculpo un texto y extraigo otro texto
Ajeno a esas voces oscuras venidas desde lejos,
Ajeno al silencio venido desde cerca,
Ajeno a los labios que no besan, que no saben amar.
Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 5 de septiembre de 2012
El cuerpo que abandonó las palabras por breves instantes,
Se acercó a otro cuerpo, amado cuerpo oscuro, habitado
Cuerpo de raíces ardidas. Y habló la voz de los cuerpos juntos,
La piel de los cuerpos amándose, cuando si apenas el crepúsculo
Se prendía del cielo como un racimo de brazos y cabellos
Suspendidos sobre el mar. El cuerpo, los cuerpos que abandonaron
Las palabras por breves instantes, por un instante solo a modo
De promesa, están bogando noche adentro hacia su llama única,
Deslizándose entre sábanas que ayer fueran tan sólo quién sabe.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 6 de septiembre de 2012
Si no existe una poética insertada en la propia vida, las demás poéticas no son sino la lluvia sobre papel mojado....

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 2 de septiembre de 2012