El Poeta
El cuerpo que abandonó las palabras por breves instantes,
Se acercó a otro cuerpo, amado cuerpo oscuro, habitado
Cuerpo de raíces ardidas. Y habló la voz de los cuerpos juntos,
La piel de los cuerpos amándose, cuando si apenas el crepúsculo
Se prendía del cielo como un racimo de brazos y cabellos
Suspendidos sobre el mar. El cuerpo, los cuerpos que abandonaron
Las palabras por breves instantes, por un instante solo a modo
De promesa, están bogando noche adentro hacia su llama única,
Deslizándose entre sábanas que ayer fueran tan sólo quién sabe.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 6 de septiembre de 2012

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