El Poeta
Canción del mundo, tropel de vanidades, la escarcha dura.
Huyo de mujeres y de hombres, busco el encuentro de los mismos.
Efímero fulgor de cada día, la retina se acerca a la sed de mis obras
Tempranas, de presentes inciertos como inciertos los futuros.
La amada silueta, que cayó como un cansada escultura, aquel
Barro tímido que fue y aún es, se desordena en el aire, en la canción
Del mundo. Aquello que amé se llueve sobre un veloz río irreconocible,
Y nada queda salvo esperar, hacer la masa nueva deshaciendo ovillos
Para la muerte, hilvanando versos para la vida. Entonces es que vivo
Esta madrugada inaugural, esta razón engañosa, este cuerpo
Perforado por el tiempo con otros ojos, con otro amor, con otras manos.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de septiembre de 2012

No hay comentarios:

Publicar un comentario