El Poeta

En verdad eran finales del verano, la costa se abrió
De par en par para recibir al otoño. Tu aliento caló
En mi piel como una desiderata. Hemos abierto las puertas
Al presente, a las horas del día más inmediato. Son irremediablemente
Los finales de septiembre con algo de licor en la boca.
Tus senos anunciaban los ponientes, la calidez intensa del octubre
Malagueño. Pero no crece en mí la tristeza apesar de que la luz
Se agota más temprano. Mi beso arroba y a la vez se detiene
En los besos que me has dado, y en las canciones que me has dado.
Y una vez abiertas las ventanas también, tú te apareces
Como si de una promesa se tratase; será, que el otoño es frío
Sin ti, y ya sufren las madreselvas y los jazmines el rigor
De la piedra que sube hasta lo hondo de sus copas.

Aquí, ambos, presenciamos el devenir del tiempo
Y en los músculos toda la tensión de la soledad
Que nos embriaga porque somos dos, no uno,
                                                               Cuerpo a cuerpo.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 21 de septiembre de 2012

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