El Poeta
Recuerdo el participio de presente de las olas,
Los interrogantes de la orilla, la lluvia ya nunca
De memoria, el azul del cielo como un ungüento
Para la piel; cosas como esas recuerdo
Cuando miro hacia atrás, a los años de mi infancia
Marinera, a aquellos años en que había un rapto
De luz casi bello, y el horizonte parecía infinito.
Ahora, con el paso de los años, abro las puertas
Que dan a otra luz menos hermosa pero más cercana
A la realidad, esa otra realidad que nos considera más lúcidos.
Llega hasta mis ojos, hasta mis ojos sin certezas,
La ciencia inexacta de los días, aquel pasado donde jugaba
A ser y estar sin ser inocente, porque no es inocente la infancia,
Porque ahí se juega lo que más adelante seremos. Es curioso
Que en los atardeceres límpidos, vivaces, de aquellos veranos
En que las horas eran una tea encendida en el corazón,
No hubiera un silabario, un alfabeto con que nombrar
El rigor del mañana, la saliba agria de algunos momentos,
La oscura pasión de la muerte sobre las cabezas.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 19 de septiembre de 2012

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