El Poeta
Han de quedar, días que tú conoces, en una memoria
Antigua. La voz que a la noche acompaña es sólo
Una guirnalda en el pecho, quizá más, no sé bien.
Queda al cuidado de ti la sombra que se donó desnuda,
El espacio sin nombre cuyo nombre buscas, la soledad
De cien pájaros como un deseo atávico en la lengua.
Quiero embriagarme de la sed sin párpados, ojos abiertos,
Hasta el amanecer del día. Longitud abisal de los años
Que antes contemplabas, queda un sencillo recuerdo,
Mientras las palabras se atardecen con similitud de navío
                                                                         En la rada del deseo.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 25 de septiembre de 2012

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