El Poeta


A MODO DE HAIKU

A Ricardo Acevedo...

Poética, po-ética.
El 'Poes' y
la 'Ética'.

Francisco Aranda

Málaga, a 29 de enero de 2015
En la noche hay fisuras, no menos en el día.
Fisuras en el cuerpo y en el alma, que vienen
a ser lo mismo y viceversa. Columna vertebral
quebrada, me sostienen las dos piernas.
No huyo de mí, en mi vacío estaré hilvanando
con las manos. Aquí me encuentro, ciego
de un ojo, manco, huero el corazón, tan sólo cáscara.
Mas estoy vivo, y siento que el deseo comienza a amanecerse.

Si es así, que en el pecho habita un agujero, así he de caminar
alejado de los dioses, incierto en la vereda, asunción de finitud.

Francisco Aranda

Málaga, a 29 de enero de 2015
No hubo placer en la noche de los tiempos.
Se engendró turbio el mundo, tal vez
fuera necesario para distinguir el día de la noche.
La luz ardida daña la visión, mas la oscuridad la ciega.
Sin embargo los amantes se encuentran casi siempre
en el vórtice del fuego o en lo abisal del alma

Francisco Aranda

Málaga, a 27 de enero de 2015
Me ha desconcertado este íntimo recuerdo de la aurora,
cuando tus manos repasaban lentamente mi piel,
                           yo aún dormido,
para después abrir la ventana y dejar paso al viento
                                                                                    del invierno.

Francisco Aranda

Málaga, a 8 de enero de 2015
Me he centrado en varios libros de la biblioteca, que he apartado con cuido.
No daré títulos ni autores, quizá no les interese.
He amado cada una de las frases impresas sin no cierta pasión, parecida
a aquella que dirijo hacia tu cuerpo.
Sabes que prefiero tu piel a las hojas de los libros; ya es decir, conque sólo lo supieras
un instante.
Pero tal vez ame más los mediodías, el fulgor de la luz mediterránea, las conversaciones en las plazas
junto a los que cultivan la idea y la palabra, el gusto por crear vínculos amables.
Es posible que no les interese nada de lo que aquí escribo, cercano ya a la madrugada, no obstante
sé que me alegra teclear y teclear dejándome llevar por algo que desconozco
pero que me embriaga.
He de ir a descansar. He de concluir este poema. Parece una narración breve; sólo lo parece, lector.
Busco una nueva fórmula poética y el sabor de los labios de ella, y viceversa.

Francisco Aranda

Málaga, a 6 de enero de 2015