El Poeta
Me he centrado en varios libros de la biblioteca, que he apartado con cuido.
No daré títulos ni autores, quizá no les interese.
He amado cada una de las frases impresas sin no cierta pasión, parecida
a aquella que dirijo hacia tu cuerpo.
Sabes que prefiero tu piel a las hojas de los libros; ya es decir, conque sólo lo supieras
un instante.
Pero tal vez ame más los mediodías, el fulgor de la luz mediterránea, las conversaciones en las plazas
junto a los que cultivan la idea y la palabra, el gusto por crear vínculos amables.
Es posible que no les interese nada de lo que aquí escribo, cercano ya a la madrugada, no obstante
sé que me alegra teclear y teclear dejándome llevar por algo que desconozco
pero que me embriaga.
He de ir a descansar. He de concluir este poema. Parece una narración breve; sólo lo parece, lector.
Busco una nueva fórmula poética y el sabor de los labios de ella, y viceversa.

Francisco Aranda

Málaga, a 6 de enero de 2015

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