Sentado en la cafetería que da a la arboleda,
Mientras arrecia la lluvia, sorbo a sorbo de café,
Comprendo ciertas cosas: el tiempo, la muerte...
Pasa una mujer con su paraguas rojo, sonríe,
Camina feliz a pesar del llanto del cielo.
Sorbo a sorbo de café, recuerdo la brisa marina
De otros años de inconsciencia, las manos de Carmela,
Los viajes al centro de la ciudad. Quienes acuden
A su entierro, me digo, no tienen sentido del humor.
Va transcurriendo la mañana, y yo en la cafetería,
Recuerdo tras recuerdo, mañana que es y se va yendo.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 29 de septiembre de 2012
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