Las bicicletas no siempre son para el verano, ni son todos los recuerdos para la memoria,
Ni siempre el frío pertenece a los inviernos, ni tu cuerpo es mío en primavera.
Hago un discurso acerca de la muerte y mis palabras ya están muertas de antemano.
Hago un discurso acerca de la vida y no soy sino para perderme.
Después de ti hay tantas cosas, pero sin ti es más difícil subirse a los tranvías de Lisboa.
Cuando La Pastoral suena te recuerdo con abrigo y con bufanda, ¡qué curioso!
Tu cuerpo desnudo abre paso a la cadencia, a un ceremonial no libresco ni teatral.
He sudado tinta para verte, y es que sin embargo hace tiempo no te veo, y te miro con palabras a modo de poema.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 27 de agosto de 2012
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