Ave que fue en los delirios del tiempo, llegaste
-Madrugada afín- hasta la geometría del silencio.
Y un murmullo de fuentes cuidó el recuerdo tuyo,
La ciudad en que habitaste cuidó el recuerdo tuyo.
Cómo decir en sólo un verso, que has regresado
Para desnudar los libros del encuentro, las canciones,
Las palabras que fueron nuestras, dichas siempre,
Y que nos trajeron la dicha de ser y de estar
Cuerpo con cuerpo.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 23 de agosto de 2012
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