El Poeta
Levadura de luz aquí en tu pecho,
Qué cercana la sencillez de entonces.
A pesar de Parménides, nosotros
Desembocamos en el delta que fue fruto
De mil ríos. Cómo no experimentar
El primer beso como aquellos
Colegiales tímidos en el patio del recreo.
Créeme que no voy a llorarte, para qué
Escribir el llanto. Aún te seguiré esperando
En las estaciones de tren; nuestra será
La mar con tu regreso. Así la paz despliega
Sus olas temerarias sobre el alféizar de los cuerpos.

Qué feliz la ligazón de tus palabras al recuerdo,
Más feliz contemplo la razón cercana de saberte,
Más feliz el naranja del sol sobre tu pelo.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, junio de 2011

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