Con la lluvia se mojan los cuerpos,
Se tornan visibles, asibles... Las arboledas
Cobijan a muchachos y a muchachas; llueve,
Luévense los días transitivos mientras regresan
Los pájaros del norte y otras aves fugitivas.
En cierta verdad de los arpegios se esconde
Tu sonrisa, y créeme que a veces comprendo
Que te cansen las metáforas y el verso.
Por eso es que busco hablar y escribir
Con la máxima sencillez posible; ardua tarea
Escribir, quiero decir que me alivia y que me duele.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 22 de abril de 2011
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