Nómbrame esta madrugada para que exista nuevamente,
Y pueda yo nombrarte con las yemas incluso de los dedos.
Como las cuerdas de mi guitarra, así tu cuerpo
De arcilla iluminada; no hay oscuridad en tus ojos
Y puedo verte porque me hablas, y porque me hablas
Existo, y la madrugada canta, cantan los seres del exilio.
Nómbrame hasta el alba; yo te nombro... ¿Necesidad
O azar? Digo cuanto escucho, y esta madrugada
He escuchado tu voz en un acorde, y tu voz
Era una mariposa, y tu voz arrullaba el aire.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, abril de 2011
Algunas veces, al leerte, me doy cuenta que existo... como en estos versos tan delicados.
ResponderEliminarSiempre Gracias, Poeta.