El Poeta
Abiertamente hablando de tu cuerpo, musicalmente/ En los pianos que cantan tu silencio en la noche;/ Elevo yo mis manos, el singular presente, la voz/ Que meció la ciudad en las horas de lumbre,/ Y a escondidas contemplo tu fotografía,/ Como si de un naufragio de tu piel fuera/ El viento que lleva y trae un insomnio/ De lunas redondas. En ti, este aprendiz/ De alcobas, dialoga hasta nombrarnos./ Es así, la noche porteña, que edifica/ La hoja blanca de papel donde te escribo./ Francisco Aranda Cadenas Málaga, en diciembre de 2011

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