El Poeta
Al igual que frutecen los árboles, han frutecido las calles
De palabras. ¡Qué singular el ritmo de los transeúntes!
La mordiente del aire apura hasta el último suspiro,
Engulle, hambreante, las horas estivales, sobre todo
Cuando son las 12:00 en el reloj del Archivo Histórico.
Una mentira popular recorre las aceras, mientras una verdad
Personal, paso a paso, cruza la avenida con qué cuido.
¿Y dónde tú, si ya tú fruteciste?
¿Dónde tú, puñal de nieve caliente?
Caleidoscopio de colores estridentes la calle de palabras
Estos días de julio y tú, mar adentro fruteciente.


Francisco Aranda Cadenas
Arroyo de la Miel, 19 de julio de 2011

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