El Poeta
Y llegaron las nieves con sus blancos mirlos,
Y llegó este dolor descarnado del recuerdo.
Los niños en la escuela hacían sus tareas,
Compraban los ancianos el pan en el mercado,
las siluetas de las muchachas atraían a las golondrinas.
Yo tenía miedo del viento y sus criaturas.
A la salida de la universidad pedía paz,
A la salida de mi trabajo pedía paz...
Yo pedía paz a todas horas y racimos de ternura.
Ahora quiero vivir más allá del salón de la nostalgia.
En mi paisaje de hoy hay modestas alamedas
Y el niño que fui aún come cerezas en la madrugada.

Francisco Aranda Cadenas

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