El Poeta
A Fernado García Gutiérrez, con profundo afecto.

Se escuchó un eco repentino. Un hombre
Sacaba palabras de sus bolsillos
Y las lanzaba al aire. Las gaviotas
Devoraban las sílabas, los signos, las metáforas.
En el cielo hubo un silencio repentino.
El hombre se acercó a una muchacha 
Y besó sus senos, escribió un poema
Milenario en la piel enfebrecida;
La muchacha se hizo canto y lloró
Sobre la tierra manadas de caballos,
Galopes furtivos, lunas trenzadas.
Tomó frutillas con sus manos delicadas
Y sembró un verso irrepetible
En los bucles de sus negros cabellos
De cristal tan lúdico como la luz
De los días de verano. Su voz
De trementina golpeó las piedras
Hasta ablandarlas... Una muchacha,
Un hombre, combaten la mudez
Piel con piel, con trazos amarillos,
Con la sed que abre las puertas
Y ventanas al delirio que se estremece
En sus gargantas.


Málaga, a 4 de mayo de 2010

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