Pareciera una danzarina 'impresionista' sobre el telar de la mañana,
los brazos de azahar,
de coral la cintura,
la lluvia sobre el cuerpo
sonoro de los escenarios.
Flexible como el junco del río, la arteria viva muestra páginas
de luz, donde la danzarina juega a ser la noche y el día.
Llamaradas de voces la aplauden, el singular gesto del público.
La belleza toda que fascinó a la retina, el viento sinuoso
de la danza, han nutrido el pecho y la sangre.
Va, de la marea a la calma, entre bambalinas para después
brindar su cielo único.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 25 de julio de 2013
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