El Poeta
                                                    a mi abuela Pepa Blanco.

Esas cerezas que crecen en tus manos, los cantos
Rodados de los ríos, los colibríes que amamantan
Tus pechos, tu sangre como un árbol, todo eso
Y cuanto desconozco se cifra en tus ojos.
Ahora, que la noción de patria es una muerte,
Un torpe delirio, que tus manos derrotan
Las banderas con su fulgor de pianista,
Es ahora que me trenzo a tu recuerdo,
Al dulce recuerdo de tu savia.
Abuela que te fuiste para volver mañana
En una canción, en una sombra iluminada,
Madrecita de ayer, recuerdo de los días
Por venir, venciste la ponzoña de tus tiempos,
Haciendo revolución en las blancas sábanas
y en las aceras que limpiabas despacito.
Resguardo de tierra enamorada, tierra de todos,
Abuelita dulce, esas cerezas que crecen en tus manos
Las repartes con cariño, las brindas a los cielos,
A las páginas donde escribo, a los cabellos
De tus nietos, al delta del río donde hemos
De encontrarnos, abuelita dulce, entraña
Que nos dejas, que nos dejaste con tu rostro
Pacífico y algunas palabras de amor,
Cómo olvidarlas... Es ahora que me trenzo
A tu recuerdo, a esa revolución de veras
De tu pulso, cuando todo era un espacio
Vacío donde morían los niños y a veces
                                                 La esperanza.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 11 de agosto de 2010

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