El Poeta
Raíz sublevada
De tu nombre,
Sonoro el fruto
Que en tu semblante
Madura.
Dama negra
En los tableros
De ajedrez,
Cabellos negros
Llovidos
Sobre tus hombros.
Qué desconcertadora
Luz
La de tus ojos,
Qué irreverente
La piel furtiva
De tus manos.
Abrazada
Por fonemas
Abandonaste
Tu casa,
Casa azul
Y blanca
Donde no regresar
Ya más.
En su vuelo
Te anuncian
Tus vestidos.
Tú eres
La resurreción
De la carne.
Aquí estás
Con una hermosa
Palabra.
Descansa
En paz.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 22 de diciembre de 2010

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