El Poeta
La cafetera silba con la primera luz del día,
El sol, sobre el horizonte apenas, va fruteciendo en el hogar.
Es un tembladeral la carne, el corazón, la idea
Huérfana, donde las puertas se abren
Y un pie sigue a otro pie sobre esta imaginaria paramera.
Y dónde la pasión de estar vivo
Si en este clarear mi saliva es amarga
Como la almendra joven, aún verde su cáscara.
Un par de versos, el café, el cigarrillo, las palomas
Que se posan en el balcón, la mañana entrada ya
En el cielo de la boca, son el jugo que bebo,
Porque me siento un extraño en esta tierra
Con mi militancia de sal y de vino. Ahora,
En este preciso instante te recuerdo,
Me visite así tu nombre
Y el mediodía peine mis cabellos,
Y seas
Tú la amable patria en la que habite.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 23 de diciembre de 2010

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