El Poeta
Me hablaste de poesía y de ensayo, no supe responder o decirte,
Yo andaba más bien pensando en la calle y en otras delicias.
Acababa de morirme tres veces, las mismas que resucité
Y quería andar bajo el sol con la mente vacía y el corazón calmo.
Eres hermosa, me dije, tu palabra sabe a canto, me repetía,
Y en silencio te pensé mientras te escribía unas letras.
Tengo cierto cansancio, hay en mí tal vez una despedida;
Ocurre que no sé de qué y eso me fastidia un tanto.
Pero cada despedida es un encuentro, cada naufrágio es una isla,
Y me hallé de pronto frente a tu semblante, no sé cómo,
Pero allí estabas, hablando de la naturaleza y sus principios matemáticos;
Nuevamente pensé en la calle y otras delicias, pero amé tu cuerpo,
Lo amé con precisión de relojero, resucité entonces cuatro veces,
Alargué mi mano y acaricié el aire, el mismo aire que acariciaba mi costado.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 22 de octubre de 2012


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