El Poeta
Queda prendido mi recuerdo de una raicilla tibia,
Donde tan sólo una letra es un manadero de palabras.
Agua de la fuente amarga en que mojé mis pies,
El cielo suspendido del cielo, suspendido del aire
Y en el aire fuego estival sin sombras posibles.
Luz y más luz, luz sobre luz, ponientes y levantes
En las playas insomnes de junio.
Marcho hacia un lugar cercano a a la amplitud
De tu frente, cercano a la sabiduría de tus labios,
Ajeno al despertar de la sangre coagulada, afilada
Y con tres dientes impares junto al viento seco.

Queda prendido mi recuerdo de una raicilla tibia...

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 29 de junio de 2012

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