El Poeta
Para ver la luz en la cresta nívea
De las olas salí de madrugada;
Yo era niño, la noche delicada.
Delgados hilos de plata saltaban
Sobre los azules del agua.
No era la luz del cielo la que yo buscaba,
En mi pecho era la luz, la tiniebla,
Quizá, quién sabe. Casi desnudo, a solas
Inventé una voz que abriese las ventanas
Del mar y descubrir así en el aire una metáfora,
Una metáfora amplia como la arena salada
De aquella playa en que niño,
                             Casi desnudo y a solas,
Fundé mi ciudad de palabras labradas.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 24 de noviembre de 2010

No hay comentarios:

Publicar un comentario