El Poeta
Mis huesos rezuman ya su sangre,
Aquí, allí, en las sombras, en los enjambres,
Arriba, abajo, en la soledad de las noches,
En la plenitud de los días, en los rincones,
En las balconeras con geranios... Aquí, allí,
Mis huesos rezuman ya su sangre, dan de beber
A los lotos, a los mezquites, a los pinos, a tu boca
Con carmín y ramito de hierbabuena.
Todo ello lo originó mi canto cuando la lluvia
Se presentó dejada a la voz de la locura.
Mis huesos, mi carne, mi todo finito
Rezuma ya su sangre en las calles,
Junto a los toros que embisten en la madrugada,
Cercana al vendaval del olvido, cercana
A las paredes con signos de interrogación
Y madreselvas salvajes que engullen el tiempo con hambre
                                                                             De siglos.


Francisco Aranda Cadenas

Málaga, octubre de 2010

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