El Poeta
Hilvana la luz el mar con hilo de miel pura
Cuando los niños juegan, graciosamente, a ser niños.
La flor del ojal de las muchachas
Es promesa de sal y caracolas,
Donde se escucha la ciencia del aire,
Su don de delicada mano,
Su manzana de corazón maduro.
Se arraciman las barcazas en la tarde
Y sueñan los marineros la voz púrpura del agua,

El leve ruiseñor del canto,
El gesto de las olas, 

                                La lírica orilla.

Si has de venir, amor, hazlo temprano...

Francisco Aranda cadenas

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