El Poeta
Cuando cayó el telón esperé a Godot
Una hora más sentado en mi butaca, y fue
Que se apareció con breves poemas
Surrealistas y absurdos; él mismo volvió
A abrir el telón y se le antojó hacer piruetas
Sobre el escenario, luego tomó de la mano
A Samuel Beckett, que quedó estupefacto.
¿Quién lo diría? ¡Godot encontró a Beckett!
De nuevo lo horriblemente cómico en juego
Como en el mismísimo teatro del mundo.
Si ambos personajes no se hubieran encontrado,
Si yo no hubiera permanecido en mi butaca nº 9
Esperando a Godot, ésta seguiría siendo magnífica literatura,
Pero Vladimir y Estragon tal vez se hubieran movido
En el final de la obra o se hubieran suicidado. Ahora
Estamos los cinco esperando a ver quien se explica
Primero, o si hemos de esperar a otro Godot,
O no nos resulte ya tan extraña la soledad y la muerte.
 
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 19 de enero de 2013

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