El Poeta
Había un acantilado formado por palabras que daba al mar.
Yo subía y bajaba por él  cogiendo letras en el camino;
Llevaba una pequeña bolsa donde las iba depositando.
A veces llovía y hacía verdaderamente viento del norte,
Me aferraba entonces a los verbos y a los sustantivos
Para no caer al vacío, aunque en alguna ocasión me hubiera
Abandonado al mar, porque sus aguas, azul añil, tenían
La transparencia de un buen sueño. Cuando llené mi bolsa
Con todas las letras necesarias para componer un poema,
Ya en la cima del acantilado, me adentré en el camino
De un bosque y en la madera de un árbol imprimí mi poema,
Un alumbramiento iluminó los ramajes, y supe que la vida
Era sencilla, que la poesía era a todas luces necesaria.

Francisco Aranda Cadenas

Málaga, a 19 de julio de 2012

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