Todavía pretendo amar. En el surco
de la noche delira la voz. En el cuenco
de tus manos lo nacido que vibra,
y de tan alta la música, la matemática
tan rítmica, auguras el arrobamiento
arborescente de la lluvia.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 6 de enero de 2014
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