Met(a)forismo
<No vomites sobre el papel en blanco, no es
abismo ni asidero. Poséelo, te pertenece; le pertenece a tu palabra, que
por tu mano se imprime y por tu boca se habla>.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 24 de octubre de 2013
¿Quién era Albertina? Su nombre
estaba caligrafiado en un papel
desgranado como una fruta otoñal.
Yo pienso en Lola y Tania, en ti.
Cada mujer es una geografía.
Yo pienso en ti a cada rato,
mientras una brisa a ras de suelo
caligrafía el paisaje del mismo modo,
que el nombre de Albertina sobre el papel
sepia de muchos años atrás seguramente.
¿De dónde habrán venido tus sílabas?
Albertina y la lluvia. Albertina y las rarezas
cotidianas. Yo pienso en ti a cada rato; tú,
que no eres ni Lola, ni Tania ni Albertina.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 3 de octubre de 2013
estaba caligrafiado en un papel
desgranado como una fruta otoñal.
Yo pienso en Lola y Tania, en ti.
Cada mujer es una geografía.
Yo pienso en ti a cada rato,
mientras una brisa a ras de suelo
caligrafía el paisaje del mismo modo,
que el nombre de Albertina sobre el papel
sepia de muchos años atrás seguramente.
¿De dónde habrán venido tus sílabas?
Albertina y la lluvia. Albertina y las rarezas
cotidianas. Yo pienso en ti a cada rato; tú,
que no eres ni Lola, ni Tania ni Albertina.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 3 de octubre de 2013
Agregar una mujer al paisaje -barro encinta-,
agregar un hombre a la calle, despojarlos
de cuanto en ellos es derrota y cansancio.
¿Acaso no es necesario acercarse a la alegría
desde todos lados? Cuanto hay de vida
en ellos es sencillamente vida, y aunque
cuentan con la muerte, esa impenetrable
astuta, han aprendido a caminar. Una mujer
y un hombre, sin abismos ni cláusulas
de seguros, ahí mismo donde el aire, donde
la luz, frente al sol íntimo, no son nada
y sin embargo, con los meses y los años
que trascurren, ellos se amanecen cada día,
se mezclan, se entrelazan... Agregar
mujeres y hombres al paisaje es como estar
en medio de una torrentera de voces, una cascada
de palabras; son muchos los gestos, muchas las miradas,
una sinfonía que corteja los espacios, el deseo de ser
frente a la nada.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 3 de octubre de 2013
agregar un hombre a la calle, despojarlos
de cuanto en ellos es derrota y cansancio.
¿Acaso no es necesario acercarse a la alegría
desde todos lados? Cuanto hay de vida
en ellos es sencillamente vida, y aunque
cuentan con la muerte, esa impenetrable
astuta, han aprendido a caminar. Una mujer
y un hombre, sin abismos ni cláusulas
de seguros, ahí mismo donde el aire, donde
la luz, frente al sol íntimo, no son nada
y sin embargo, con los meses y los años
que trascurren, ellos se amanecen cada día,
se mezclan, se entrelazan... Agregar
mujeres y hombres al paisaje es como estar
en medio de una torrentera de voces, una cascada
de palabras; son muchos los gestos, muchas las miradas,
una sinfonía que corteja los espacios, el deseo de ser
frente a la nada.
Francisco Aranda Cadenas
Málaga, a 3 de octubre de 2013
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